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Hebreos 12

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Fortaleza en el sufrimiento#12.1-13 Continúa la exhortación de Heb 10.19-39.
1Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe,#12.1 Teniendo a... su fe: Lit. estando envueltos en tal nube de testigos. Alusión a las personas mencionadas en el cap. 11, que representan a los que en todo tiempo han demostrado su fe. dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante.#12.1 Sobre la imagen del atleta en la carrera, cf. Hch 20.24; 1 Co 9.24-27; 2 Ti 4.7. 2Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte,#12.2 Lo vergonzoso de esa muerte: El morir crucificado era la muerte más ignominiosa y cruel que se podía imaginar. Cf. Heb 2.10; 5.8-9, y véase Crucifixión, cruz en el Índice temático. porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios.#12.2 Sal 110.1; Ef 1.20; Flp 2.6-11; Heb 1.3; 2.9; 8.1; 10.12.
3Por lo tanto, mediten en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores; por eso, no se cansen ni se desanimen. 4Pues ustedes aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado, 5y han olvidado#12.5 Y han olvidado: También puede traducirse ¿Han olvidado...?, como recordatorio a los lectores más que como reproche. ya lo que Dios les aconseja como a hijos suyos. Dice en la Escritura:
«No desprecies, hijo mío,
la corrección del Señor,
ni te desanimes cuando te reprenda.
6Porque el Señor corrige a quien él ama,#Ap 3.19.
y castiga a aquel a quien recibe como hijo.»#12.5-6 Pr 3.11-12 (gr.).
7Ustedes están sufriendo para su corrección:#12.7 Están sufriendo para corrección: otra posible traducción: Soporten ustedes la corrección. Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? 8Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos. 9Además, cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y los respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre celestial, para obtener la vida? 10Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él. 11Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y rectitud.#12.5-11 Dt 8.5; 2 S 7.14; 1 Co 11.31-32.
12Así pues, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y de sus rodillas debilitadas, 13y busquen el camino derecho, para que sane el pie que está cojo y no se tuerza más.#12.12-13 El autor combina alusiones a Is 35.3 y Pr 4.26, y vuelve a la imagen del atleta, de los vv. 1-2.
V. LA VIDA CRISTIANA
(12.14—13.19)
Exhortación a la vigilancia
14Procuren estar en paz con todos#12.14 Ro 12.18; cf. Sal 34.14 (15), citado también en 1 P 3.11. y llevar una vida santa; pues sin la santidad, nadie podrá ver al Señor.#12.14 Lv 11.45; 1 P 1.15-16. 15Procuren que a nadie le falte la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una planta de raíz amarga que hace daño y envenena a la gente.#12.15 Dt 29.18 (17) (gr.). 16Que ninguno de ustedes se entregue a la prostitución ni desprecie lo sagrado; pues esto hizo Esaú, que por una sola comida vendió sus derechos de hijo mayor.#12.16 Gn 25.29-34. La tradición rabínica acerca de Esaú le atribuía inmoralidades sexuales que no figuran en el relato del AT. 17Y ustedes saben que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado; y aunque lloró mucho, ya no hubo remedio para lo sucedido.#12.17 Gn 27.30-40. Ya no hubo remedio para lo sucedido: Lit. no halló lugar para un cambio de parecer.
18Ustedes no se acercaron, como los israelitas, a algo#12.18 A algo: Algunos mss. dicen a un monte. que se podía tocar y que ardía en llamas, donde había oscuridad, tinieblas y tempestad; 19ni oyeron el sonido de la trompeta ni la voz de Dios. Los que oyeron esa voz rogaron que no les siguiera hablando, 20porque no podían soportar el mandato que decía: «Al que ponga el pie en el monte, hay que matarlo a pedradas o con lanza, aunque sea un animal.»#Ex 19.12-13. 21Tan espantoso era lo que se veía, que el mismo Moisés dijo: «Estoy temblando de miedo.»#12.21 Cf. Dt 9.19.,#12.18-21 El autor hace un contraste entre el monte Sinaí (Ex 19.16-22) y el monte Sión, que se menciona en 12.22, relacionándolos respectivamente con la antigua y la nueva alianza (vv. 23-24).
22Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión, y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a muchos miles de ángeles reunidos para alabar a Dios,#12.22 Monte Sión: equivalente a Jerusalén, símbolo de la ciudad celestial; la Jerusalén terrestre se considera solamente como una sombra de aquélla (véase Heb 8.3-5 n.). Cf. Heb 11.10,14-16; 13.14; también Gl 4.26; Ap 21.2. 23y a la comunidad de los primeros hijos de Dios#12.22-23 Y a muchos miles... primeros hijos de Dios: otra posible traducción: con sus muchos miles de ángeles, y a la comunidad de los primeros hijos de Dios, reunida para alabarlo. Esta Jerusalén celestial está habitada por los ángeles y los hombres que han alcanzado la salvación eterna. inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el Juez de todos, a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos, 24a Jesús, mediador de una nueva alianza,#12.24 Mediador de una nueva alianza: Véase Heb 8.6 nota. y a la sangre con que hemos sido purificados, la cual nos habla mejor que la sangre de Abel.#12.24 La sangre de Abel clamaba por venganza (Gn 4.10); la de Jesús, que habla mejor, ofrece perdón.
25Por eso tengan cuidado de no rechazar al que nos habla. Pues los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra, no escaparon.#12.25 Ex 20.22. En el desierto, los israelitas rechazaron una y otra vez los mandatos de Dios. Cf. Heb 10.28-29. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si le damos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo. 26En aquel tiempo, la voz de Dios hizo temblar la tierra, pero ahora dice: «Una vez más haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo.»#12.26 Hag 2.6; cf. Ex 19.18; Is 13.13. Los vv. 26-27 parecen referirse al tiempo del juicio final (cf. 2 P 3.10; Ap 6.12-17; 16.18-21; 20.11; 21.1), ya mencionado en Heb 1.10-12. 27Al decir «una vez más», se entiende que se quitarán las cosas creadas, lo que puede ser movido, para que permanezca lo que no puede moverse. 28El reino que Dios nos da, no puede ser movido. Demos gracias por esto, y adoremos a Dios con la devoción y reverencia que le agradan. 29Porque nuestro Dios es como un fuego que todo lo consume.#Dt 4.24; 9.3.

Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' encontramos que el capítulo 12 del Hebreos se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.

El libro Hebreos de la Biblia tiene 13 capítulos. Y en el capítulo 12 podemos encontrar 29 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.

No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 12 del libro Hebreos de la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 12 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 12 de la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' de la Santa Biblia.