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2 Reyes 5

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Naamán es sanado de su lepra
1Había un hombre llamado Naamán, jefe del ejército del rey de Siria,#5.1 Siria: lit. Aram. Los arameos de Damasco (cf. v. 12) fueron durante mucho tiempo los más peligrosos enemigos de Israel (cf. 1 R 20.1; 22.3; 2 R 6.8,24). muy estimado y favorecido por su rey, porque el Señor había dado la victoria a Siria por medio de él. Pero este hombre estaba enfermo de lepra.
2En una de las correrías de los sirios contra los israelitas, una muchachita fue hecha cautiva, y se quedó al servicio de la mujer de Naamán. 3Esta muchachita dijo a su ama:
—Si mi amo fuera a ver al profeta que está en Samaria,#5.3 Samaria: Véase 1 R 14.17 n. quedaría curado de su lepra.
4Naamán fue y le contó a su rey lo que había dicho aquella muchacha. 5Y el rey de Siria le respondió:
—Está bien, ve, que yo mandaré una carta al rey de Israel.
Entonces Naamán se fue. Tomó treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de ropa, 6y le llevó al rey de Israel la carta, que decía: «Cuando recibas esta carta, sabrás que envío a Naamán, uno de mis oficiales, para que lo sanes de su lepra.»
7Cuando el rey de Israel leyó la carta, se rasgó la ropa en señal de aflicción y dijo:
—¿Acaso soy Dios, que da la vida y la quita, para que éste me mande un hombre a que lo cure de su lepra? ¡Fíjense bien y verán que está buscando un pretexto contra mí!
8Al enterarse el profeta Eliseo de que el rey se había rasgado la ropa por aquella carta, le mandó a decir: «¿Por qué te has rasgado la ropa? Que venga ese hombre a verme, y sabrá que hay un profeta en Israel.»
9Naamán fue, con su carro y sus caballos, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. 10Pero Eliseo envió un mensajero a que le dijera: «Ve y lávate siete veces en el río Jordán, y tu cuerpo quedará limpio de la lepra.»
11Naamán se enfureció, y se fue diciendo:
—Yo pensé que iba a salir a recibirme, y que de pie iba a invocar al Señor su Dios, y que luego iba a mover su mano sobre la parte enferma, y que así me quitaría la lepra. 12¿No son los ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar,#5.12 El Abaná, llamado Amaná en Cnt 4.8, es un río que nace en el Antilíbano; el Farfar desciende del Hermón y corre al sur de Damasco. mejores que todos los ríos de Israel? ¿No podría yo haber ido a lavarme en ellos y quedar limpio?#5.12 Naamán se sintió decepcionado porque esperaba que el profeta lo recibiera de modo más espectacular.
Y muy enojado se fue de allí. 13Pero sus criados se acercaron a él y le dijeron:
—Señor, si el profeta le hubiera mandado hacer algo difícil, ¿no lo habría hecho usted? Pues con mayor razón si sólo le ha dicho que se lave usted y quedará limpio.
14Naamán fue y se sumergió siete veces en el Jordán, según se lo había ordenado el profeta, y su carne se volvió como la de un jovencito, y quedó limpio. 15Entonces él y todos sus acompañantes fueron a ver a Eliseo. Al llegar ante él, Naamán le dijo:
—¡Ahora estoy convencido de que en toda la tierra no hay Dios, sino sólo en Israel! Por lo tanto, te ruego que aceptes un regalo de este servidor tuyo.
16Pero Eliseo le contestó:
—Juro por el Señor, que me está viendo, que no lo aceptaré.
Y aunque Naamán insistió, Eliseo se negó a aceptarlo. 17Entonces Naamán dijo:
—En ese caso permite que me lleve dos cargas de mula de tierra de Israel; porque este servidor tuyo no volverá a ofrecer holocaustos ni sacrificios a otros dioses, sino al Señor.#5.17 La tierra pura de Israel iba a utilizarse para erigir un altar donde ofrecer los sacrificios, ya que el suelo extranjero, contaminado por los ídolos, era considerado impuro (cf. Am 7.17; Os 9.3-4). 18Solamente ruego al Señor que me perdone una cosa: que cuando mi soberano vaya a adorar al templo de Rimón,#5.18 Rimón es otro nombre de Hadad, el dios arameo por excelencia, señor de las lluvias y las tormentas (cf. Zac 12.11 y el nombre Tabrimón en 1 R 15.18). y se apoye en mi brazo, y yo tenga que arrodillarme en ese templo, que el Señor me perdone por esto.#5.18 Un caso de conciencia semejante se les presentaba a los primeros cristianos, especialmente a los esclavos convertidos, que debían acompañar a sus amos a las ceremonias paganas.
19Eliseo le respondió:
—Vete tranquilo.
Naamán se fue de allí. Y cuando ya iba a cierta distancia, 20Guehazí, el criado del profeta Eliseo, pensó: «Mi señor ha dejado ir a Naamán el sirio sin aceptar nada de lo que él trajo. Juro por el Señor que voy a seguirlo rápidamente, a ver qué puedo conseguir de él.»
21Y se fue Guehazí tras Naamán; y cuando éste lo vio detrás de él, se bajó de su carro para recibirlo, y le preguntó:
—¿Pasa algo malo?
22—No, nada —contestó Guehazí—. Pero mi amo me ha enviado a decirle a usted que acaban de llegar dos profetas jóvenes, que vienen de los montes de Efraín, y ruega a usted que les dé tres mil monedas de plata y dos mudas de ropa.
23Naamán respondió:
—Por favor, toma seis mil monedas de plata.
E insistiendo Naamán en que las aceptara, las metió en dos sacos junto con las dos mudas de ropa, y se lo entregó todo a dos de sus criados para que lo llevaran delante de Guehazí. 24Cuando llegaron a la colina, Guehazí tomó la plata que llevaban los criados, la guardó en la casa y los despidió. 25Luego fue y se presentó ante su amo, y Eliseo le preguntó:
—¿De dónde vienes, Guehazí?
—Yo no he ido a ninguna parte —contestó Guehazí.
26Pero Eliseo insistió:
—Cuando cierto hombre se bajó de su carro para recibirte, yo estaba allí contigo, en el pensamiento.#5.26 Yo estaba allí contigo, en el pensamiento: lit. ¿Mi corazón no iba (contigo)?: El corazón, en el lenguaje bíblico, es el principio del que proceden las actividades intelectuales y volitivas (véase corazón en el Índice temático). Por tanto, estas palabras de Eliseo parecen referirse a una especie de visión profética que le dio a conocer lo que estaba sucediendo en su ausencia (2 R 6.12; cf. 1 R 14.5). Pero éste no es el momento de recibir dinero y mudas de ropa, ni de comprar huertos, viñedos, ovejas, bueyes, criados y criadas. 27Por lo tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre.
Y cuando Guehazí se separó de Eliseo, estaba tan leproso que se veía blanco como la nieve.

Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'Dios Habla Hoy DK' encontramos que el capítulo 5 del 2 Reyes se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.

El libro 2 Reyes de la Biblia tiene 25 capítulos. Y en el capítulo 5 podemos encontrar 27 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.

No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 5 del libro 2 Reyes de la versión 'Dios Habla Hoy DK' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 5 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 5 de la versión 'Dios Habla Hoy DK' de la Santa Biblia.