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5. JESÚS EN JERUSALÉN: SEMANA DE LA PASIÓN
(21.1—28.20)
La entrada triunfal en Jerusalén
(Mc 11.1-11; Lc 19.28-40; Jn 12.12-19)
1Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al Monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, 2diciéndoles: «Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y en seguida hallaréis una asna atada y un pollino con ella. Desatadla, y traédmelos. 3Y si alguien os dice algo, contestadle: “El Señor los necesita, pero luego los devolverá.”»
4Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el profeta:
5«Decid a la hija de Sión:
tu Rey viene a ti,
manso y sentado sobre un asno,
sobre un pollino, hijo de animal de carga.»
6Entonces los discípulos fueron e hicieron como Jesús les mandó. 7Trajeron el asna y el pollino; pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. 8La multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían en el camino. 9Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: «¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!»
10Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, diciendo:
—¿Quién es este?
11Y la gente decía:
—Este es Jesús, el profeta, el de Nazaret de Galilea.
Jesús purifica el Templo
(Mc 11.15-19; Lc 19.45-48; Jn 2.13-22)
12Entró Jesús en el templo de Dios y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas, 13y les dijo: «Escrito está: “Mi casa, casa de oración será llamada”, pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.»
14Y en el Templo se le acercaron ciegos y cojos, y los sanó. 15Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía y a los muchachos aclamando en el Templo y diciendo: «¡Hosana al Hijo de David!», se enojaron 16y le dijeron:
—¿Oyes lo que estos dicen?
Jesús les dijo:
—Sí. ¿Nunca leísteis:
»“De la boca de los niños y de los que aún maman,
fundaste la alabanza”?
17Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se quedó allí.
Jesús maldice la higuera estéril
(Mc 11.12-14,20-26)
18Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. 19Viendo una higuera cerca del camino, se acercó, pero no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo:
—¡Nunca jamás nazca de ti fruto!
Y al instante la higuera se secó. 20Al ver esto los discípulos, decían asombrados:
—¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?
21Respondiendo Jesús, les dijo:
—De cierto os digo que si tenéis fe y no dudáis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte le decís: “¡Quítate y arrójate al mar!”, será hecho. 22Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.
La autoridad de Jesús
(Mc 11.27-33; Lc 20.1-8)
23Cuando llegó al Templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le preguntaron:
—¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te dio esta autoridad?
24Respondiendo Jesús, les dijo:
—Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo o de los hombres?
Ellos entonces discutían entre sí, diciendo:
—Si decimos, “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué, pues, no le creísteis?” 26Y si decimos, “de los hombres”, tememos al pueblo, porque todos tienen a Juan por profeta.
27Respondiendo a Jesús, dijeron:
—No lo sabemos.
Entonces él les dijo:
—Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Parábola de los dos hijos
28»Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero le dijo: “Hijo, vete hoy a trabajar en mi viña.” 29Respondiendo él, dijo: “¡No quiero!” Pero después, arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro le dijo lo mismo; y respondiendo él, dijo: “Sí, señor, voy.” Pero no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?
Dijeron ellos:
—El primero.
Jesús les dijo:
—De cierto os digo que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios, 32porque vino a vosotros Juan en camino de justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y las rameras le creyeron. Pero vosotros, aunque visteis esto, no os arrepentisteis después para creerle.
Parábola de los labradores malvados
(Mc 12.1-12; Lc 20.9-19)
33»Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores y se fue lejos. 34Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para que recibieran sus frutos. 35Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron y a otro apedrearon. 36Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos lo mismo. 37Finalmente les envió su hijo, diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo.” 38Pero los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: “Este es el heredero; venid, matémoslo y apoderémonos de su heredad.” 39Y tomándolo, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. 40Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?
41Le dijeron:
—A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen el fruto a su tiempo.
42Jesús les preguntó:
—¿Nunca leísteis en las Escrituras:
»“La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser cabeza del ángulo.
El Señor ha hecho esto,
y es cosa maravillosa a nuestros ojos?”
43»Por tanto, os digo que el reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de él. 44El que caiga sobre esta piedra será quebrantado, y sobre quien ella caiga será desmenuzado.
45Al oír sus parábolas, los principales sacerdotes y los fariseos entendieron que hablaba de ellos. 46Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque este lo tenía por profeta.
Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'Biblia Reina Valera 1995' encontramos que el capítulo 21 del San Mateo se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.
El libro San Mateo de la Biblia tiene 28 capítulos. Y en el capítulo 21 podemos encontrar 46 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.
No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 21 del libro San Mateo de la versión 'Biblia Reina Valera 1995' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 21 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 21 de la versión 'Biblia Reina Valera 1995' de la Santa Biblia.