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2 Crónicas, 26:3

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2 Crónicas, 26:3

Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías, y era de Jerusalén.


De diez y seis años era Uzzías cuando comenzó á reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Jechôlía, de Jerusalem.


De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén.


De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén.


De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías, de Jerusalén.


De diez y seys años era Ozias, quando començó à reynar, y cincuenta y dos años reynó en Ieruſalem. El nõbre de ſu madre fue Iechelia de Ieruſalem.


Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías, y era de Jerusalén.


Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías, y era de Jerusalén.


Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías y era de Jerusalén.


Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén.


Uzías tenía 16 años cuando comenzó a reinar, y gobernó por 52 años en Jerusalén. El nombre de su mamá era Jecolías, de Jerusalén.


Ozías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías y era de Jerusalén.


En total, reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. Su madre fue Jecolías, de Jerusalén.


Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolías, de Jerusalén.


Uzías tenía dieciséis años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén cincuenta y dos años. Su madre se llamaba Jecolías y era de Jerusalén.


Uzías tenía dieciséis años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén cincuenta y dos años. Su madre era Jecolías, oriunda de Jerusalén.


Uzías tenía 16 años cuando comenzó a reinar, y reinó 52 años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Jecolías de Jerusalén.


Uzías tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Jecolía, de Jerusalén.


Tenía Uzías dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jecolías, y era de Jerusalén.


De diez y seis años era Uzzías cuando comenzó á reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalem. El nombre de su madre fué Jechôlía, de Jerusalem.


Después de la muerte de Amasías, su hijo Ozías, a quien también llamaban Azarías, fue nombrado rey por todo el pueblo de Judá. Ozías tenía solo dieciséis años cuando comenzó a gobernar. La capital de


Después de la muerte de Amasías, su hijo Ozías, a quien también llamaban Azarías, fue nombrado rey por todo el pueblo de Judá. Ozías tenía solo dieciséis años cuando comenzó a gobernar. La capital de


El versiculo 2 Crónicas, 26:3 de La Santa Biblia es algo que es preciso tomar constantemente en cuenta con la finalidad de meditar sobre él.Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo 2 Crónicas, 26:3? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana podemos poner en práctica lo que aprendemos gracias al versículo 2 Crónicas, 26:3 de la Santa Biblia?

Meditar en torno a lo que se refiere el versículo 2 Crónicas, 26:3 nos resulta fundamental para llegar a a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es aconsejable acudir al versículo 2 Crónicas, 26:3 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer el sosiego a nuestro espíritu.