Daniel, 8:3

Miré a lo lejos, y vi un carnero que estaba a la orilla del río. Tenía dos cuernos altos, pero uno de ellos le había salido más tarde y era más alto que el otro.

Y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subió á la postre.

Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después.

Alcé los ojos y miré, y había un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro, y el más alto creció después.

y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subía a la postre.

CAPITVLO I.Deſcriueſe el origen y creacion del mundo, es à ſaber, de los cielos, y de la tierra, y de todo loque contienen. De la luz, del tiempo, y orden de los dias, y de las noc

Miré a lo lejos, y vi un carnero que estaba a la orilla del río. Tenía dos cuernos altos, pero uno de ellos le había salido más tarde y era más alto que el otro.

Cuando alcé la vista pude ver un carnero junto al río. Tenía dos cuernos enormes, uno más alto que otro; pero el más alto había sido el último en salir.

Alcé, pues, mis ojos y miré, y he aquí que un carnero estaba delante del río. Tenía dos cuernos, y los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto creció el último.

Cuando levanté la mirada, vi un carnero a la orilla del río. Tenía dos cuernos muy largos, pero uno era más largo que el otro y le salía desde atrás.

Cuando alcé la vista pude ver un carnero junto al río. Tenía dos cuernos enormes, uno más alto que otro; pero el más alto había sido el último en salir.

Mientras miraba frente a mí, vi un carnero con dos cuernos largos parado a la orilla del río. Uno de estos cuernos comenzó a crecer hasta que llegó a ser más largo que el otro.

Alcé, pues, mis ojos y miré que un carnero estaba delante del río. Tenía dos cuernos, y los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto creció al último.

Cuando levanté los ojos, vi un carnero con dos cuernos largos, de pie junto al río. Uno de los cuernos era más largo que el otro, a pesar de que le había crecido después.

Me fijé y vi ante mí un carnero con sus dos cuernos. Estaba junto al río y tenía cuernos largos. Uno de ellos era más largo y le había salido después.

Alcé los ojos y miré. Ahí estaba un carnero parado frente al río. Aunque tenía dos cuernos largos, uno era más alto que el otro, y el más alto creció posteriormente.

Alcé mis ojos y miré, y he aquí que había delante del río un carnero, el cual tenía dos cuernos; pero aunque eran altos y uno de ellos más alto que el otro, el más alto se erigió después.

Al levantar la vista, allí junto al río vi un carnero. Tenía dos cuernos muy largos, aunque uno de ellos era más largo que el otro y le había crecido después.

Y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subió á la postre.

»En el sueño veía yo, a lo lejos, un carnero parado junto al río. Ese carnero tenía dos cuernos largos, pero uno era más largo que el otro y le había salido después.

El versiculo Daniel, 8:3 de los Textos Sagrados que componen la Biblia es algo que es conveniente tener siempre presente con la finalidad de reflexionar acerca de él.Seguramente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de decirnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Daniel, 8:3? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos aprendido gracias al versículo Daniel, 8:3 de La Biblia?

Hacer un análisis profundo en torno a lo que se refiere el versículo Daniel, 8:3 nos supone una ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es conveniente acudir al versículo Daniel, 8:3 cuando creamos que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer el sosiego a nuestros corazones y almas.