Y Dios le contestó en el sueño: «Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por eso no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí.
Y díjole Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.
Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.
Le dijo Dios en sueños: «Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto. Y también yo te detuve de pecar contra mí; por eso no permití que la tocaras.
Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocaras.
Y dixo le Dios en sueños, Yo tambien ſe, que con entereza de tu coraçon has hecho eſto: y yo tambien te detuue de peccar contra mi, por tanto no te permiti que tocaſſes en ella.
Y Dios le contestó en el sueño: «Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por eso no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí.
Y Dios le contestó en el sueño: «Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por eso no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí.
Dios le replicó en sueños: — Sí, ya sé que lo hiciste de buena fe; por eso no permití que la tocaras, para que no pecaras contra mí.
Entonces Dios le dijo en el sueño: Sí, yo sé que en la integridad de tu corazón has hecho esto; y además, yo te guardé de pecar contra mí; por eso no te dejé que la tocaras.
Entonces Dios le dijo en su sueño: —Yo sé que hiciste esto con buena intención. No permití que pecaras contra mí, y por eso no dejé que la tocaras.
Dios le replicó en sueños: —Sí, ya sé que lo hiciste de buena fe; por eso no permití que la tocaras, para que no pecaras contra mí.
―Sí, lo sé —le respondió el Señor en un sueño—. Es por eso que te impedí que pecaras contra mí, y no te dejé tocarla.
Entonces Dios le dijo en el sueño: «Sí, Yo sé que en la integridad de tu corazón has hecho esto. Y además, Yo te guardé de pecar contra mí, por eso no te dejé que la tocaras.
En el sueño, Dios respondió: —Sí, yo sé que tú eres inocente. Por eso no permití que pecaras contra mí ni dejé que la tocaras.
—Sí, ya sé que has hecho todo esto de buena fe —le respondió Dios en el sueño—; por eso no te permití tocarla, para que no pecaras contra mí.
ʼELOHIM le dijo en el sueño: También Yo sé que con integridad de tu corazón hiciste esto, y Yo también te retuve de pecar contra Mí. Por eso no te permití tocarla.
Dios le dijo en sueños: —Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto. Yo también te detuve de pecar contra mí, y no te permití que la tocaras.
Y en sueños Dios le dijo: «También yo sé que has actuado con sinceridad de corazón. Y fui yo quien te impidió pecar contra mí; por eso no te permití que la tocaras.
Y díjole Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.
En ese mismo sueño Dios le dijo: —Ya sé que no has hecho nada malo, pues yo no te dejé que la tocaras ni que pecaras contra mí.
En ese mismo sueño Dios le dijo: —Ya sé que no has hecho nada malo, pues yo no te dejé que la tocaras ni que pecaras contra mí.
Nos conviene tener constantemente presente el versículo Génesis, 20:6 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el objetivo de hacer una reflexión acerca de él.Quizás deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de manifestarnos Dios con el versículo Génesis, 20:6? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que podemos poner en práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo Génesis, 20:6 de La Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo Génesis, 20:6 nos ayuda a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente servirse del versículo Génesis, 20:6 siempre que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber en qué forma acturar o para traer la serenidad a nuestras almas.