Que dices: “Voy a construirme un gran palacio, con amplias salas en el piso superior.” Y le abres ventanas, recubres de cedro sus paredes y lo pintas de rojo.
Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
Que dice: “Edificaré para mí una casa espaciosa, de grandes salas”; y le abre ventanas, la cubre de cedro y la pinta de bermellón.
Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la unge de bermellón.
Que dize, Edificaré para mi caſa espaciosa, y ayrosas salas: y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de Bermellon.
Que dices: “Voy a construirme un gran palacio, con amplias salas en el piso superior.” Y le abres ventanas, recubres de cedro sus paredes y lo pintas de rojo.
Que dices: “Voy a construirme un gran palacio, con amplias salas en el piso superior.” Y le abres ventanas, recubres de cedro sus paredes y lo pintas de rojo.
Piensa: “Me haré un palacio espacioso, salones superiores bien ventilados; le abriré ventanas lo revestiré de cedro, lo pintaré de color escarlata”.
El que dice: «Me edificaré una casa espaciosa con amplios aposentos altos»; y le abre ventanas, la recubre de cedro y la pinta de rojo.
Pobre de ti, que dices: “Me construiré un gran palacio con amplias habitaciones en el piso superior”; le haces las ventanas, lo revistes con madera de cedro y lo pintas de rojo.
Piensa: «Me haré un palacio espacioso, salones superiores bien ventilados; le abriré ventanas lo revestiré de cedro, lo pintaré de color escarlata».
Tú dices: «Construiré un magnífico palacio con grandes cámaras y muchas ventanas, con artesonados de fragante cedro y pintado de atractivo color rojo».
El que dice: “Me edificaré una casa espaciosa Con amplios aposentos altos”; Y le abre ventanas, La recubre de cedro y la pinta de rojo.
Dice: “Construiré un palacio magnífico con habitaciones enormes y muchas ventanas. Lo revestiré con cedro fragante y lo pintaré de un rojo agradable”.
¡Ay del que dice: “Me edificaré un gran palacio, con habitaciones amplias en el piso superior”! Y le abre grandes ventanas, y la recubre de cedro y la pinta de rojo.
Que dice: Me edificaré una casa espaciosa con amplios salones. Le abriré ventanas. La cubriré de cedro y la pintaré de rojo vivo.
El que dice: ‘Edificaré para mí una casa espaciosa y amplias salas; le haré ventanas, la cubriré con cedro y la pintaré de ocre rojo’.
¡Ay de ti, que dices: “Voy a construirme un palacio espacioso, con amplias salas”, y le abres ventanas, lo recubres de cedro y lo pintas de bermellón!
Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
Dios continuó diciendo: «En cuanto al rey Joacín, tengo algo que decirle: “¡Qué mal te irá, Joacín! Edificas tu casa con mucho lujo; piensas ponerle grandes ventanas, y recubrirlas con finas maderas.
Dios continuó diciendo: «En cuanto al rey Joacín, tengo algo que decirle: “¡Qué mal te irá, Joacín! Edificas tu casa con mucho lujo; piensas ponerle grandes ventanas, y recubrirlas con finas maderas.
El versiculo Jeremías, 22:14 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que es conveniente tomar constantemente en consideración con el propósito de meditar sobre él.Seguramente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía proponernos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Jeremías, 22:14? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana seremos capaces de recurrir a lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Jeremías, 22:14 de La Sagrada Biblia?
Hacer un análisis profundo en relación con el versículo Jeremías, 22:14 nos es de gran ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es útil servirse del versículo Jeremías, 22:14 todas las veces que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo proceder o para traer paz a nuestro espíritu.