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Joel, 1:4

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Joel, 1:4

Todo se lo comieron las langostas: lo que unas dejaron, otras vinieron y lo devoraron.


Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.


Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado.


Lo que dejó la oruga se lo comió el saltón; lo que dejó el saltón se lo comió el revoltón; y la langosta se comió lo que el revoltón había dejado.


Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.


Loque quedó de la langosta, comió el pulgon, y loque quedó del pulgon, comió la langosta, y loque quedó de la langosta comió el pulgon.


Todo se lo comieron las langostas: lo que unas dejaron, otras vinieron y lo devoraron.


Todo se lo comieron las langostas: lo que unas dejaron, otras vinieron y lo devoraron.


Lo que dejó la “devastadora” lo comió la “acaparadora”; lo que dejó la “acaparadora” lo comió la “lamedora”, y lo que dejó la “lamedora” lo comió la “devoradora”.


Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.


Lo que no se comió la oruga, se lo comió la langosta. Lo que no se comió la langosta, se lo comió el pulgón. Y lo que no se comió el pulgón, se lo comió el saltamontes.


Lo que dejó la «devastadora» lo comió la «acaparadora»; lo que dejó la «acaparadora» lo comió la «lamedora», y lo que dejó la «lamedora» lo comió la «devoradora».


¡Todos los cultivos fueron devorados por las plagas! Primero vinieron las orugas y se comieron una parte. Luego vinieron las langostas y acabaron con otra parte. Después de estas vinieron sucesivament


Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.


Después de que la oruga devoró las cosechas, ¡el pulgón acabó con lo que quedaba! Luego vino el saltamontes y llegó también la langosta.


Lo que dejaron las langostas grandes lo devoraron las langostas pequeñas; lo que dejaron las langostas pequeñas se lo comieron las larvas; y lo que dejaron las larvas se lo comieron las orugas.


Lo que dejó la oruga lo comió la langosta, lo que dejó la langosta lo comió el pulgón, y lo que dejó pulgón lo comió el saltamontes.


Lo que dejó la oruga lo comió la langosta, y lo que dejó la langosta lo comió el pulgón, y lo que dejó el pulgón lo comió el saltón.


Lo que la oruga dejó se lo comió el saltón, y lo que dejó el saltón se lo comió el revoltón, y lo que el revoltón dejó se lo comió la langosta.


Lo que quedó de la oruga comió la langosta, y lo que quedó de la langosta comió el pulgón; y el revoltón comió lo que del pulgón había quedado.


«¡Pongan mucha atención ustedes, jefes del pueblo, y todos los que viven en este país! ¡Cuatro plagas de saltamontes han venido sobre nuestra tierra y han acabado con nuestras siembras! ¿Cuándo han vi


«¡Pongan mucha atención ustedes, jefes del pueblo, y todos los que viven en este país! ¡Cuatro plagas de saltamontes han venido sobre nuestra tierra y han acabado con nuestras siembras! ¿Cuándo han vi


Es aconsejable tomar continuamente en consideración el versículo Joel, 1:4 de La Santa Biblia con el objetivo de meditar acerca de él.Probablemente sería acertado cuestionarse ¿Qué intentaba decirnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Joel, 1:4? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que aprendemos gracias al versículo Joel, 1:4 de Las Sagradas Escrituras?

Hacer un análisis profundo en torno a lo que se refiere el versículo Joel, 1:4 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente apoyarse en el versículo Joel, 1:4 todas las veces que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones.