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Números, 12:10

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Números, 12:10

Y en cuanto la nube se alejó de la tienda, María se puso leprosa, con la piel toda blanca. Cuando Aarón se volvió para mirar a María, y vio que estaba leprosa


Y la nube se apartó del tabernáculo: y he aquí que María era leprosa como la nieve; y miró Aarón á María, y he aquí que estaba leprosa.


Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.


Tan pronto la nube se apartó del Tabernáculo, María se llenó de lepra, y tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a María y vio que estaba leprosa


Y la nube se apartó del tabernáculo; y he aquí que María era leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.


Y la nuue ſe apartó del Tabernaculo: y heaqui que Maria era leprosa como la nie ue: Y miró Aaron à Maria, y heaqui que eſtaua leprosa.


Y en cuanto la nube se alejó de la tienda, María se puso leprosa, con la piel toda blanca. Cuando Aarón se volvió para mirar a María, y vio que estaba leprosa


Y en cuanto la nube se alejó de la tienda, María se puso leprosa, con la piel toda blanca. Cuando Aarón se volvió para mirar a María, y vio que estaba leprosa


Al apartarse la nube de la Tienda, María se encontró cubierta de lepra, toda ella blanca como la nieve. Aarón la miró y vio que estaba toda cubierta de lepra.


Pero cuando la nube se retiró de sobre la tienda, he aquí que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve. Y cuando Aarón se volvió hacia Miriam, vio que estaba leprosa.


En cuanto la nube se quitó de encima de la carpa, Miriam quedó leprosa, con la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia Miriam y la vio así


Al apartarse la nube de la Tienda, María se encontró cubierta de lepra, toda ella blanca como la nieve. Aarón la miró y vio que estaba toda cubierta de lepra.


En el momento en que la nube se alejó de encima del santuario, Miriam quedó de repente blanca por la lepra. Aarón vio lo ocurrido


Pero cuando la nube se retiró de sobre la tienda, vieron que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve. Y cuando Aarón se volvió hacia Miriam, vio que estaba leprosa.


Cuando la nube dejó de estar encima del tabernáculo, allí estaba Miriam, con su piel tan blanca como la nieve, leprosa. Cuando Aarón vio lo que había pasado con ella


Tan pronto como la nube se apartó de la Tienda, a Miriam se le puso la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón se volvió hacia ella, vio que tenía una enfermedad infecciosa.


y la nube se apartó del Tabernáculo. De repente Miriam apareció leprosa como la nieve. Entonces Aarón volvió a ver a Miriam, ¡y ahí estaba leprosa!


Cuando la nube se apartó de encima del tabernáculo, he aquí que María quedó leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María, y he aquí que estaba leprosa.


Y cuando la nube se apartó del tabernáculo, sucedió que María estaba tan blanca de lepra como la nieve. Al ver Aarón que María estaba leprosa


Y la nube se apartó del tabernáculo: y he aquí que María era leprosa como la nieve; y miró Aarón á María, y he aquí que estaba leprosa.


Y resulta que cuando la nube se apartó del santuario, a María le dio lepra. ¡La piel se le puso blanca como la nieve! Cuando Aarón vio a María


Y resulta que cuando la nube se apartó del santuario, a María le dio lepra. ¡La piel se le puso blanca como la nieve! Cuando Aarón vio a María


El versiculo Números, 12:10 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que es preciso tener continuamente presente con el propósito de hacer una reflexión en torno a él.Seguramente deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos el Señor con el versículo Números, 12:10? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que podemos recurrir a lo que aprendemos gracias al versículo Números, 12:10 de Las Sagradas Escrituras?

Discurrir y recapacitar acerca de el versículo Números, 12:10 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por ese motivo es bueno recurrir al versículo Números, 12:10 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía y así saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestros corazones y almas.