<

Salmos, 101:4

>

Salmos, 101:4

Alejaré de mí los pensamientos perversos: ¡no quiero hacer nada malo!


Corazón perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado.


Corazón perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado.


Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado.


Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado.


Coraçon peruerso ſe apartará de mi: mal no conoçeré.


Alejaré de mí los pensamientos perversos: ¡no quiero hacer nada malo!


Alejaré de mí los pensamientos perversos: ¡no quiero hacer nada malo!


Que el perverso se aleje de mí, no quiero conocer al malvado.


El corazón perverso se alejará de mí; no conoceré maldad.


No tomaré parte en nada deshonesto; no haré nada malo.


Que el perverso se aleje de mí, no quiero conocer al malvado.


Alejaré de mí toda mala intención; me alejaré de todo mal.


El corazón perverso se alejará de mí; No conoceré maldad.


Rechazaré las ideas perversas y me mantendré alejado de toda clase de mal.


Alejaré de mí toda intención perversa; no tendrá cabida en mí la maldad.


El corazón perverso se apartará de mí. No reconoceré al perverso.


El corazón perverso será apartado de mí; no reconoceré al malo.


Mantengo alejados a los de intenciones perversas; no tengo nada que ver con los malvados.


Corazón perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado.


Me alejaré de los malos pensamientos y no participaré en nada malo.


Me alejaré de los malos pensamientos y no participaré en nada malo.


Es muy recomendable tomar constantemente en cuenta el versículo Salmos, 101:4 de La Biblia con el propósito de meditar acerca de él.Seguramente sería acertado cuestionarse ¿Qué pretendía manifestarnos el Señor con el versículo Salmos, 101:4? ¿En qué ocasiones de nuestra vida cotidiana seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 101:4 de La Sagrada Biblia?

El hecho de reflexionar sobre el versículo Salmos, 101:4 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por ese motivo es bueno acudir al versículo Salmos, 101:4 siempre que necesitemos una luz que nos guíe para saber cómo proceder o para traer la paz a nuestros corazones.