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Salmos, 120:2

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Salmos, 120:2

Señor, líbrame de los labios mentirosos y de la lengua embustera.


Libra mi alma, oh Jehová, de labio mentiroso, De la lengua fraudulenta.


Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, Y de la lengua fraudulenta.


¡Libra mi alma, Jehová, del labio mentiroso y de la lengua fraudulenta!


Libra mi alma, oh SEÑOR, del labio mentiroso, de la lengua engañosa.


Iehoua, eſcapa mi alma del labio mentiroso: de la lengua engañosa.


Señor, líbrame de los labios mentirosos y de la lengua embustera.


Señor, líbrame de los labios mentirosos y de la lengua embustera.


Señor, líbrame de los labios mentirosos, de la lengua embustera.


Libra mi alma, SEÑOR, de labios mentirosos, y de lengua engañosa.


SEÑOR, protégeme de los labios mentirosos y de la lengua embustera.


Señor, líbrame de los labios mentirosos, de la lengua embustera.


Líbrame, SEÑOR, de los mentirosos y de los calumniadores.


Libra mi alma, SEÑOR, de labios mentirosos, Y de lengua engañosa.


Rescátame, oh SEÑOR, de los mentirosos y de todos los embusteros.


SEÑOR, líbrame de los labios mentirosos y de la lengua engañosa.


Oh YAVé, libra mi vida de labios mentirosos, De una lengua engañadora.


Libra mi alma, oh SEÑOR, de los labios mentirosos y de la lengua fraudulenta.


¡Líbrame, Señor, de los mentirosos, de la gente de lengua embustera!


Libra mi alma, oh Jehová, de labio mentiroso, De la lengua fraudulenta.


Dios mío, sálvame de la gente mentirosa; sálvame de la gente embustera.


Dios mío, sálvame de la gente mentirosa; sálvame de la gente embustera.


El versiculo Salmos, 120:2 de La Biblia es algo que es conveniente tomar continuamente en consideración de manera que podamos reflexionar en torno a él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué trataba de decirnos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Salmos, 120:2? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos hacer valer lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 120:2 de La Biblia?

Reflexionar sobre el versículo Salmos, 120:2 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa cuestión es conveniente servirse del versículo Salmos, 120:2 cuando creamos que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestros corazones.