Pero ella les respondía: —Ya no me llamen Noemí; llámenme Mará, porque el Dios todopoderoso me ha llenado de amargura.
Y ella les respondiá: No me llaméis Noemi, sino llamadme Mara: porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
Pero ella les respondía: —¡No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura!
Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en gran manera me ha tratado con amargura el Todopoderoso.
Y ella les respondia, No me llameys Noemi, mas llamame Mará, porque en gráde manera me há amargado el Todo poderofo.
Pero ella les respondía: —Ya no me llamen Noemí; llámenme Mará, porque el Dios todopoderoso me ha llenado de amargura.
Pero ella les respondía: —Ya no me llamen Noemí; llámenme Mará, porque el Dios todopoderoso me ha llenado de amargura.
Pero ella les decía: — No me llamen Noemí. Llámemme Mara, porque el Todopoderoso me ha amargado la vida.
Y ella les dijo: No me llaméis Noemí, llamadme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura.
Pero ella les decía: —No me llamen Noemí, llámenme Mara porque Dios Todopoderoso me ha dado tristeza.
Pero ella les decía: —No me llamen Noemí. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso me ha amargado la vida.
Pero ella contestaba: ―No me llamen Noemí. Llámenme Mara (Noemí significa “dulce”; Mara significa “amarga”), porque el Todopoderoso me ha dado gran amargura.
Ella les dijo: «No me llamen Noemí, llámenme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura.
—No me llamen Noemí —contestó ella—. Más bien llámenme Mara, porque el Todopoderoso me ha hecho la vida muy amarga.
—Ya no me llamen Noemí —repuso ella—. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.
Y ella les decía: No me llamen Noemí. Llámenme Mara, porque ʼEL-SHADDAY me trató muy amargamente.
Y ella les respondía: —No me llamen Noemí; llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha hecho muy amarga mi vida.
Pero ella les respondió: «Ya no me llamen Noemí. Llámenme Mara. Ciertamente, grande es la amargura que me ha hecho vivir el Todopoderoso.
Y ella les respondiá: No me llaméis Noemi, sino llamadme Mara: porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
Y ella les dijo: «Por favor, ya no me digan dulce, llámenme amarga, porque Dios todopoderoso me ha amargado la vida.
Y ella les dijo: «Por favor, ya no me digan dulce, llámenme amarga, porque Dios todopoderoso me ha amargado la vida.
El versiculo Rut, 1:20 de La Sagrada Biblia es algo que hay que tener en todo momento presente para reflexionar acerca de él.Seguramente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de proponernos Dios con el versículo Rut, 1:20? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de llevar a la práctica lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Rut, 1:20 de La Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo Rut, 1:20 nos resulta fundamental para llegar a a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, por ese motivo es aconsejable servirse del versículo Rut, 1:20 cada vez que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir y así saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestras almas.