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2 SAMUEL 12

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Denuncia de Natán y castigo de David#Ver 14,4-17.
1El Señor envió a Natán a ver a David. Cuando llegó, le dijo:
— En una ciudad vivían dos hombres#12,1: vivían dos hombres: El recurso a la parábola (12,1b-4) u otro tipo de lenguaje de ficción (ver 2 Sm 14,1-24; 1 Re 20,35-43) presenta un supuesto verosímil y persigue la implicación del interlocutor en su resolución., uno rico y otro pobre. 2El rico tenía muchos rebaños de ovejas y vacas. 3Pero el pobre no tenía nada más que una pequeña cordera que había comprado. La había criado y había crecido con él y con sus hijos. Comía de su boca, bebía de su vaso y dormía en su regazo, como una hija. 4Un día que el rico tuvo una visita, no quiso utilizar ninguna de sus ovejas y vacas para preparárselas a su visitante, sino que tomó la corderilla del pobre y se la preparó al hombre que lo había visitado.
5David se enfureció contra aquel hombre y le dijo a Natán:
— ¡Por Dios! ¡El hombre que ha hecho eso merece la muerte! 6¡Y tendrá que pagar cuatro veces#12,6: pagar cuatro veces: Es la restitución prevista por Ex 22,1. Consecuentemente, y aunque no quede estipulado en la condena, cuatro hijos de David (el primer hijo de Betsabé, Amnón, Absalón y Adonías) morirán de forma prematura. el precio de la corderilla, por haber actuado así, sin mostrar compasión! #Ex 21,37; (ver Lc 19,8).
7Entonces Natán dijo a David:
— ¡Ese hombre eres tú! Y esto te dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey de Israel y te libré del poder de Saúl. 8Yo te entregué la casa de tu señor y puse sus mujeres en tus brazos; te entregué las tribus de Israel y de Judá y, por si esto fuera poco, pensaba darte aún mucho más”. 9¿Por qué has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que le desagrada? Has asesinado a Urías, el hitita, por medio de la espada amonita, y te has apoderado de su mujer. 10Pues bien, por haberme despreciado, tomando a la mujer de Urías, el hitita, para convertirla en tu esposa, la espada ya nunca abandonará tu casa. 11Esto dice el Señor: Yo haré que la desgracia te sobrevenga desde tu propia casa. Tomaré tus mujeres en tu propia cara y se las entregaré a tu prójimo, para que se acueste con ellas#12,11: se acueste con ellas: Referencia a 16,21-22. en tu cara y a la luz de este sol.#16,22. 12Lo que tú hiciste a escondidas yo lo haré delante de todo el pueblo y a plena luz.
13David dijo a Natán:
— ¡He pecado contra el Señor!
Natán le respondió:
— El Señor ha perdonado tu pecado. No morirás.#24,10.17; ver 1 Sm 15,24-30. 14Pero por haber despreciado totalmente al Señor actuando así, el hijo que has tenido morirá#12,14: al Señor: Lit. a los enemigos del Señor. Se trata de un eufemismo para evitar imprecaciones asociadas al nombre divino (1 Sm 20,16; 25,22 y nota).— morirá: Ver, sin embargo, una perspectiva diferente en 2 Re 14,6..
15Natán se fue a su casa.
El Señor hirió al hijo que la mujer de Urías había dado a David y cayó enfermo. 16David suplicó a Dios por el niño, hizo ayuno y pasaba las noches acostado en el suelo. 17Los ancianos de su casa intentaron levantarlo del suelo, pero él no quiso y tampoco aceptó comer nada con ellos.#3,35. 18Al séptimo día murió el niño y los servidores de David temían darle la noticia de su muerte, pues se decían:
— Si cuando el niño estaba vivo, le hablábamos y no nos escuchaba, ¿cómo vamos a decirle ahora que ha muerto el niño? ¡Cometerá alguna locura!
19David se dio cuenta de que sus servidores cuchicheaban entre sí y comprendió que el niño había muerto. David preguntó a sus servidores:
— ¿Ha muerto el niño?
Ellos respondieron:
— Sí, ha muerto.
20Entonces David se levantó del suelo#12,20: se levantó del suelo: El proceder de David invierte las costumbres habituales del duelo (ver 1,11-12; 3,31-35; 19,1-3)., se bañó, se perfumó, se cambió de ropa y fue a la casa del Señor para adorarlo. Luego volvió a su casa, pidió que le prepararan de comer y comió. 21Sus servidores le preguntaron:
— ¿Por qué actúas así? Mientras el niño estaba vivo, ayunabas y llorabas por él; y ahora que ha muerto, te levantas y te pones a comer.
22Pero David les contestó:
— Mientras el niño estaba vivo, yo ayunaba y lloraba por él, pensando que el Señor podría apiadarse de mí y dejaría vivir al niño. 23Pero ahora que ha muerto, ¿por qué voy a seguir ayunando? ¿Acaso podría recuperarlo? ¡Soy yo el que irá junto a él, pero él no volverá junto a mí!
24Luego David consoló a su mujer Betsabé, fue a verla y se acostó con ella. Tuvo un hijo y David le puso de nombre Salomón. El Señor lo amó#12,24: El Señor lo amó: Esta breve frase, en marcado contraste con 11,27b, equivale a una fórmula de elección divina y anticipa sutilmente el desenlace positivo de la historia de la sucesión. La promesa dinástica (7,12-15) empieza a mostrar su eficacia. 25y envió al profeta Natán, que le puso de sobrenombre Jedidías#12,25: Jedidías: Este nombre significa precisamente “amado del Señor” (12,24b)., en honor del Señor.
La conquista de Rabá
(1 Cr 20,1-3)
26Joab atacó Rabá, la capital amonita, y se apoderó de la ciudad real. 27Entonces envió mensajeros para decirle a David:
— He atacado Rabá y me he apoderado de la ciudadela de las aguas#12,27: ciudadela de las aguas: Podría tratarse de la fortificación que defendía el depósito o la conducción de las aguas.. 28Moviliza, pues, al resto del ejército y ven a asediar la ciudad para conquistarla. Pues, si la conquisto yo, le pondrán mi nombre.
29David movilizó a todo el ejército, marchó hacia Rabá, la atacó y la conquistó. 30Se apoderó de la corona real, la corona que pesaba treinta y tres kilos de oro#12,30: real: la versión griega dice: de Moloc. Se trataría, pues, de la corona de la estatua del dios amonita.— treinta y tres kilos de oro: Lit. un talento de oro. Ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS., y de una piedra preciosa, que David puso sobre su cabeza, y sacó de la ciudad un inmenso botín. 31Sacó también a la gente que había en la ciudad y la puso a trabajar con sierras, picos y hachas o a fabricar ladrillos#12,31: fabricar ladrillos: Evocación de Ex 1,14. La utilización de prisioneros extranjeros en trabajos forzados impulsó notablemente la economía en los reinados de David y Salomón.. Y lo mismo hizo con todas las ciudades amonitas. Después David regresó con todo el ejército a Jerusalén.

Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional versión hispanoamericana' encontramos que el capítulo 12 del 2 Samuel se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.

El libro 2 Samuel de la Biblia tiene 24 capítulos. Y en el capítulo 12 podemos encontrar 31 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.

No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 12 del libro 2 Samuel de la versión 'La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional versión hispanoamericana' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 12 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 12 de la versión 'La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional versión hispanoamericana' de la Santa Biblia.