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El hombre de la mano atrofiada
(Mt 12,9-14; Lc 6,6-11)
1Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano atrofiada,#1,21; Lc 14,1-6; Jn 5,9-10; 9,14. 2y los que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús se pusieron al acecho a ver si, a pesar de ser sábado, lo curaba.#Mt 16,1; Jn 8,6. 3Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada:
— Ponte ahí en medio.
4Luego preguntó a los otros:
— ¿Qué es lo que se permite en sábado? ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
Ellos callaron. 5Al verlos tan obcecados#3,5: tan obcecados: Lit. tan duros de corazón (ver 6,52; 8,17; 10,5; 16,14; Rm 2,5; Ef 4,8; Heb 3,8)., Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo, y dijo al enfermo:
— Extiende la mano.
Él la extendió y la mano recuperó el movimiento. 6Los fariseos, por su parte, y los del partido de Herodes#3,6: del partido de Herodes: Lit. herodianos: es decir, amigos o simpatizantes de Herodes Antipas, uno de los hijos y herederos de Herodes el Grande. Gobernó Galilea y Perea desde el año 4 a. C. hasta el 39 d. C. Ver notas a Mt 4,12 y 14,1., se reunieron, al salir, para tramar el modo de matar a Jesús.#12,31; Mt 12,14; 22,15-16.
La gente acude a Jesús
7Jesús se fue con sus discípulos a la orilla del lago#3,7: la orilla del lago: Lit. la orilla del mar. Ver notas a 1,16; Mt 4,18. y lo siguió una gran multitud de gente procedente de Galilea;#1,34.45; 4,1; 5,21.28; 6,55-56; Mt 12,15; 14,13-14. 8y también de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la orilla oriental del Jordán y de la región de Tiro y Sidón#3,8: Idumea: Región situada al sur de Judea, al oeste del Mar Muerto y fronteriza con el desierto del Sinaí. De ella era oriundo Herodes el Grande y nunca se la consideró parte de la nación israelita.— Tiro y Sidón: Ver segunda nota a Mt 11,21. acudió a Jesús mucha gente que había oído hablar de todo lo que hacía. 9Jesús mandó a sus discípulos que le preparasen una barca para que la multitud no lo aplastara. 10Había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban ahora sobre él para tocarlo. 11Y hasta los espíritus impuros#3,11: espíritus impuros: Ver nota a Mt 8,16., al verlo, se arrojaban a sus pies, gritando:
— ¡Tú eres el Hijo de Dios!#1,1; 5,6; Mt 14,33.
12Pero Jesús les ordenaba severamente que no lo descubrieran#3,12: que no lo descubrieran: Ver notas a 1,34 y Mt 8,4..
Elección de los doce apóstoles
(Mt 10,1-4; Lc 6,12-16)
13Después de esto, Jesús subió al monte y llamó a los que le pareció bien. Y se acercaron a él.#1,25; Mt 12,16. 14También designó a doce, a quienes constituyó apóstoles#3,14: a quienes constituyó apóstoles: Lit. a quienes nombró apóstoles. En la cultura semita el hecho de imponer un nombre afectaba en cierto modo al ser mismo de la persona o de la cosa. Por lo demás, numerosos mss., algunos de cierto valor, omiten estas palabras., para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar#Mt 10,5. 15con poder para expulsar demonios.#6,13; 9,38; 16,17; Mt 7,22; 8,16 y par.; 9,32-34 y par.; Lc 9,1.
16Los doce designados fueron#3,16: los doce designados fueron: También omiten estas palabras bastantes mss., entre ellos varios de reconocido valor.: Simón, al que puso por sobrenombre Pedro;#Mt 10,2; Hch 1,13-14. 17Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes llamó Boanerges, que significa “hijos del trueno#3,17: hijos del trueno: Expresión semita que, en este caso, sirve para designar a personas de carácter impulsivo (ver Lc 7,54).”; 18Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el cananeo 19y Judas Iscariote#3,18-19: hijo de Alfeo… Tadeo… Simón el cananeo… Iscariote: Ver notas a Mt 10,3-4., el que más tarde lo traicionó.
Los parientes de Jesús
20Jesús llegó a casa#3,20: llegó a casa: Bastantes mss., algunos de valor, dicen: llegaron a casa, incluyendo, por tanto, a los discípulos de Jesús. En cuanto a la casa, ver segunda nota a 2,1. y otra vez se juntó tanta gente, que ni siquiera les dejaban comer.#3,8; 6,31; 8,1. 21Cuando algunos de sus parientes se enteraron, vinieron con la intención de llevárselo a la fuerza, porque decían que estaba loco. #Jn 10,20.
Jesús y Belzebú
(Mt 12,22-30; Lc 11,14-23)
22Los maestros de la ley llegados de Jerusalén decían que Jesús estaba poseído por Belzebú#3,22: Belzebú: Ver nota a Mt 10,25., el jefe de los demonios, con cuyo poder los expulsaba.#3,30; Mt 9,34 y par.; 10,25; Jn 7,20; 8,48.52; 10,20. 23Entonces Jesús los llamó y los interpeló con estas comparaciones:
— ¿Cómo puede Satanás#3,23: Satanás: Ver nota a Mt 4,10. expulsar a Satanás? 24Si una nación se divide contra sí misma, no puede subsistir. 25Tampoco una familia que se divida contra sí misma puede subsistir. 26Y si Satanás se hace la guerra y actúa contra sí mismo, tampoco podrá subsistir; habrá llegado a su fin. 27Nadie puede entrar en casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes si primero no ata a ese hombre fuerte. Solamente entonces podrá saquear su casa.#Is 49,24-25.
El pecado contra el Espíritu Santo
(Mt 12,31-32; Lc 12,10)
28Les aseguro que todo les será perdonado a los seres humanos: tanto los pecados como las blasfemias en que incurran.#Mt 6,14; Jn 20,23; 1 Tm 1,13. 29Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, nunca jamás será perdonado y será tenido para siempre por culpable.#ver 1 Jn 5,16.
30Esto lo dijo Jesús contra quienes afirmaban que estaba poseído por un espíritu impuro.#3,22.
La verdadera familia de Jesús
(Mt 12,46-50; Lc 8,19-21)
31Entre tanto, llegaron la madre y los hermanos de Jesús; pero se quedaron fuera y enviaron a llamarlo.#6,3; Mt 13,55-56; Jn 2,12; 7,2.5.10; Hch 1,14. 32Alguien de entre la gente que estaba sentada alrededor de Jesús le pasó aviso:
— Tu madre y tus hermanos#3,32: tus hermanos: Algunos mss. añaden: y tus hermanas. están ahí fuera y te buscan.
33Jesús les contestó:
— ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
34Y, mirando a quienes estaban sentados a su alrededor, añadió:
— Estos son mi madre y mis hermanos. 35Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.#Mt 6,10; 7,21; Jn 7,17; 9,31.
Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional versión hispanoamericana' encontramos que el capítulo 3 del San Marcos se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.
El libro San Marcos de la Biblia tiene 16 capítulos. Y en el capítulo 3 podemos encontrar 35 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.
No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 3 del libro San Marcos de la versión 'La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional versión hispanoamericana' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 3 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 3 de la versión 'La Biblia Hispanoamericana Traducción Interconfesional versión hispanoamericana' de la Santa Biblia.