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Ezequiel 4

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II. LA PREDICACIÓN DE EZEQUIEL HASTA LA CAÍDA DE JERUSALÉN
(4—24)
Ezequiel anuncia el ataque a Jerusalén#4.1—5.17 La predicación de Ezequiel comienza con una serie de acciones simbólicas bastante extrañas, que anuncian proféticamente el asedio y la destrucción de Jerusalén. Primero se describe el ataque contra la ciudad (4.1-3) y luego se hace referencia a la duración del destierro (4.4-8), al hambre durante el asedio (4.9-11,16-17), al alimento impuro de los deportados (4.12-15) y a la suerte de la población (5.1-4). Por último, el Señor explica el simbolismo de los gestos realizados por el profeta (5.7-17).
1»Y tú, hombre, toma un adobe, ponlo delante de ti y dibuja sobre él la ciudad de Jerusalén. 2Luego rodéala de ejércitos y de instrumentos de asalto, construye un muro a su alrededor, y también una rampa, para que se vea como una ciudad sitiada. 3Toma en seguida una lámina de hierro y ponla entre ti y la ciudad, como si fuera una muralla, y colócate frente a la ciudad, como si la estuvieras atacando. Esto servirá de señal a los israelitas.#4.1-3 En la primera etapa de su actividad profética, Ezequiel anuncia que la destrucción de la ciudad santa y del templo es inevitable, a causa de los pecados cometidos por los habitantes de Jerusalén y de Judá. Así lucha contra las creencias de los primeros deportados (cf. 2 R 24.8-17), que se ilusionaban pensando que el exilio habría de durar poco tiempo. Cf. Jer 29.
4»Y tú te acostarás sobre el lado izquierdo, y echarás sobre ti la culpa del pueblo de Israel. Tendrás que estar acostado sobre ese lado, llevando sobre ti su culpa 5trescientos noventa días, o sea, un día por cada año de culpa de Israel. 6Cuando hayas cumplido ese tiempo, te acostarás sobre el lado derecho y echarás sobre ti la culpa del reino de Judá durante cuarenta días. Un día por cada año de culpa. 7Luego te volverás hacia Jerusalén, rodeada de enemigos; te desnudarás el brazo y hablarás en mi nombre contra ella. 8Mira, te voy a atar con cuerdas, para que no te puedas volver de un lado a otro hasta que completes los días en que debes estar sufriendo.
9»Toma en seguida un poco de trigo, cebada, mijo y avena, y también habas y lentejas; mézclalo todo en una sola vasija y haz con ello tu pan. Eso es lo que comerás durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre el lado izquierdo. 10Tomarás tu comida a horas fijas, en raciones de un cuarto de kilo por día; 11el agua la tomarás también a horas fijas, en raciones de medio litro por día. 12Tu comida será una torta de cebada, cocida en fuego de estiércol humano, y la prepararás donde la gente te vea.»
13Luego añadió el Señor: «Comida impura como esa es la que tendrán que comer los israelitas en los países a donde los voy a desterrar.»
14Yo le contesté: «Pero, Señor, yo nunca en mi vida he tocado nada impuro;#4.14 Nunca en mi vida he tocado nada impuro: declaración típica de un hombre como Ezequiel, que era al mismo tiempo sacerdote y profeta (cf. Ez 1.1-3), y que sentía, por eso mismo, una fuerte repulsión frente a toda forma de impureza. Distinguir lo puro de lo impuro era, en efecto, una de las funciones que la legislación del AT asignaba a los sacerdotes (cf. Lv 10.10; Ez 44.23; cf. 22.26). nunca he comido carne de un animal muerto por sí solo, o despedazado por las fieras, ni he probado nunca carne impura.»
15Entonces él me dijo: «Bueno, te permito que uses estiércol de vaca en vez de estiércol humano, para cocer tu pan.»
16Después me dijo: «Voy a hacer que falten alimentos en Jerusalén. La comida estará racionada, y la gente se la comerá con angustia; el agua estará medida, y la beberán llenos de miedo. 17Les faltará agua y comida, y unos a otros se mirarán llenos de miedo. Y por sus pecados se irán pudriendo en vida.»

Desde el inicio de los tiempos Dios se comunica con nosotros. Para ello la sagrada Biblia es un vehículo muy poderoso, ya que es la palabra del Señor plasmada en negro sobre blanco. Como ya sabrás, existen varias versiones de las Sagradas Escrituras, hechas en pos de una mejor comprensión de la palabra del Señor. En la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' encontramos que el capítulo 4 del Ezequiel se nos muestra de la forma que podemos ver a continuación.

El libro Ezequiel de la Biblia tiene 48 capítulos. Y en el capítulo 4 podemos encontrar 17 versículos, en los que Dios nos revela sus enseñanzas y nos indica a través de su inmensa sabiduría, amor y bondad, la forma en la que debemos obrar y acercarnos a Él.

No nos cabe duda de que leyendo el capítulo 4 del libro Ezequiel de la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' de la Sagrada Biblia te será fácil comprender como nuestro amado Padre nunca nos deja solos, y que en los textos que dejó para nosotros es posible hallar todas las respuestas que necesitamos. Recuerda que siempre puedes leer el capítulo 4 en alguna de las otras versiones de la Biblia que tenemos para ti, aunque es un ejercicio muy interesante que hayas optado por leer ahora el capítulo 4 de la versión 'Biblia Dios Habla Hoy' de la Santa Biblia.