Los domingos, cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
Cada primer sábado, cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
Cada primer dia de la ſemana cadavno de vosotros aparte en ſu caſa, guardando loque por la bondad de Dios pudiere; porque quando yo viniere, no ſe hagan entonces los recogimientos.
Los domingos, cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas.
Los domingos, cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas.
Cada primer día de la semana vayan aportando cada uno de ustedes lo que hayan podido ahorrar, para que no haya que andar con colectas cuando los visite.
Que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas.
Los domingos, cada uno de ustedes debe separar y guardar algo de lo que haya ganado en la semana. Así, no tendrán que hacer colectas cuando yo llegue.
Cada primer día de la semana vayan aportando cada uno de ustedes lo que hayan podido ahorrar, para que no haya que andar con colectas cuando los visite.
Los domingos cada uno de ustedes aparte algo de lo que ganó durante la semana, y guárdelo. Así cuando yo llegue no tendrán que empezar la colecta.
Que el primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas.
El primer día de cada semana, cada uno debería separar una parte del dinero que ha ganado. No esperen hasta que yo llegue para luego tratar de reunirlo todo de golpe.
El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos, para que no se tengan que hacer colectas cuando yo vaya.
Cada primer día de la semana cada uno de ustedes ponga algo aparte según prosperó, y guárdelo para que cuando yo vaya, no hagan colectas.
El primer día de la semana, cada uno de ustedes guarde algo en su casa, atesorando en proporción a cómo esté prosperando, para que cuando yo llegue no haya entonces que levantar ofrendas.
Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes ponga algo aparte, según lo que haya ganado, y guárdelo, para que no se tengan que recoger las ofrendas cuando yo esté allá.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo que por la bondad de Dios pudiere; para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
Es decir, que cada domingo, cada uno de ustedes debe apartar y guardar algo de dinero, según lo que haya ganado. De este modo no tendrán que recogerlo cuando yo vaya a verlos.
Es decir, que cada domingo, cada uno de ustedes debe apartar y guardar algo de dinero, según lo que haya ganado. De este modo no tendrán que recogerlo cuando yo vaya a verlos.
Es preciso tener en todo momento presente el versículo 1 Corintios, 16:2 de La Sagrada Biblia de manera que podamos meditar acerca de él.Tal vez deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo 1 Corintios, 16:2? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo 1 Corintios, 16:2 de La Sagrada Biblia?
Meditar en torno a lo que se refiere el versículo 1 Corintios, 16:2 nos es de gran ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es aconsejable acudir al versículo 1 Corintios, 16:2 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.