2 Crónicas, 12:10
El rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los dejó al cuidado de los oficiales de la guardia que vigilaba la entrada del palacio real.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam paveses de metal, y entrególos en manos de los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam paveses de bronce, y los entregó en manos de los príncipes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
Y hizo el rey Roboam en lugar de ellos paueses de metal, y entrególos en manos de los principes de la guarda, que guardaua la entrada dela caſa del Rey.
El rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los dejó al cuidado de los oficiales de la guardia que vigilaba la entrada del palacio real.
El rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los dejó al cuidado de los oficiales de la guardia que vigilaba la entrada del palacio real.
El rey Roboán los sustituyó con escudos de bronce y los puso al cuidado de los jefes de la escolta que custodiaban la entrada del palacio real.
Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los entregó al cuidado de los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey.
Así que el rey Roboán hizo otros escudos de bronce para poner en su lugar, y se los dieron a los guardias que vigilaban en la puerta del palacio del rey.
El rey Roboán los sustituyó con escudos de bronce y los puso al cuidado de los jefes de la escolta que custodiaban la entrada del palacio real.
El rey Roboán los reemplazó con escudos de bronce, y los entregó al cuidado del capitán de la guardia.
Entonces el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, y los entregó al cuidado de los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey.
Tiempo después, el rey Roboam los reemplazó con escudos de bronce y los confió al cuidado de los comandantes de la guardia, quienes protegían la entrada del palacio real.
Para reemplazarlos, el rey Roboán mandó hacer escudos de bronce y los puso al cuidado de los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real.
El rey Roboam los reemplazó por escudos de bronce y los entregó a los jefes de la guardia que custodiaba la entrada al palacio real.
En lugar de ellos, el rey Roboam hizo escudos de bronce y los entregó a la custodia de los jefes de la escolta, que guardaban la entrada de la casa del rey.
y en su lugar el rey Roboán mandó hacer escudos de bronce y se los entregó a los jefes de la guardia, los cuales cuidaban la entrada al palacio del rey.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam paveses de metal, y entrególos en manos de los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
Luego Roboam hizo escudos de bronce en lugar de los de oro, y los puso al cuidado de los oficiales que vigilaban la entrada de su palacio.
Luego Roboam hizo escudos de bronce en lugar de los de oro, y los puso al cuidado de los oficiales que vigilaban la entrada de su palacio.
El versiculo 2 Crónicas, 12:10 de La Sagrada Biblia consiste en algo que nos conviene tener en todo momento presente a fin de meditar en torno a él.Probablemente deberíamos preguntarnos ¿Qué trataba de manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo 2 Crónicas, 12:10? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos aprendido gracias al versículo 2 Crónicas, 12:10 de La Sagrada Biblia?
Reflexionar en relación con el versículo 2 Crónicas, 12:10 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es bueno apoyarse en el versículo 2 Crónicas, 12:10 siempre que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.
