El día nueve del mes cuarto de ese año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer.
A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, que no hubo pan para el pueblo de la tierra.
A los nueve días del cuarto mes prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo de la tierra.
A los nueve días del cuarto mes arreció el hambre en la ciudad y, cuando el pueblo de la tierra no tenía ya nada que comer
A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, y no hubo pan para el pueblo de la tierra.
A los nueue del mes la hambre preualeció en la Ciudad, que no vuo pan para el pueblo de la tierra.
El día nueve del mes cuarto de ese año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer.
El día nueve del mes cuarto de ese año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer.
El día nueve del cuarto mes el hambre se hizo insoportable en la ciudad y la gente no tenía nada que comer.
A los nueve días del mes cuarto el hambre era tan grande en la ciudad que no había alimento para el pueblo de la tierra.
La hambruna se hizo cada vez peor dentro de la ciudad y para el noveno día del cuarto mes no había más alimentos para el pueblo.
El día nueve del cuarto mes el hambre se hizo insoportable en la ciudad y la gente no tenía nada que comer.
Los últimos alimentos de la ciudad fueron consumidos el día nueve del mes cuarto de ese año, es decir, el año once.
A los nueve días del mes cuarto el hambre era tan grande en la ciudad que no había alimento para la población.
Hacia el 18 de julio del año once del reinado de Sedequías, el hambre en la ciudad ya era muy intensa y se había agotado por completo lo último que quedaba de alimento.
A los nueve días del mes cuarto, cuando el hambre se agravó en la ciudad, y no había más alimento para el pueblo
En el noveno día del mes cuarto, el hambre prevalecía en la ciudad, y no había pan para el pueblo de la tierra.
En el noveno día del mes cuarto prevaleció el hambre en la ciudad, y no había alimentos para el pueblo de la tierra.
A los nueve días del cuarto mes el hambre en la ciudad se agravó, al grado de que la gente del país no tenía nada que comer.
A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, que no hubo pan para el pueblo de la tierra.
Para el día nueve del mes de Tamuz de ese año ya no había en Jerusalén nada que comer.
Para el día nueve del mes de Tamuz de ese año ya no había en Jerusalén nada que comer.
Es aconsejable tomar en todo momento en cuenta el versículo 2 Reyes, 25:3 de La Santa Biblia con el propósito de reflexionar acerca de él.Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Qué intentaba proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo 2 Reyes, 25:3? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que podemos hacer valer lo que hemos llegado a saber gracias al versículo 2 Reyes, 25:3 de Las Sagradas Escrituras?
El hecho de reflexionar en relación con el versículo 2 Reyes, 25:3 nos resulta fundamental para llegar a a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa cuestión es oportuno servirse del versículo 2 Reyes, 25:3 cuando creamos que nos pueda servir de guía para saber cómo actuar o para traer la paz a nuestras almas.