Entre tanto, el mensaje de Dios iba extendiéndose y era anunciado en todas partes.
Mas la palabra del Señor crecía y era multiplicada.
Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
Mas la Palabra del Señor crecía y era multiplicada.
Mas la Palabra del Señor crecia, y era multiplicada.
Entre tanto, el mensaje de Dios iba extendiéndose y era anunciado en todas partes.
Entre tanto, el mensaje de Dios iba extendiéndose y era anunciado en todas partes.
Entre tanto, el mensaje de Dios se divulgaba y penetraba por doquier.
Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
El mensaje de Dios se difundió y cada vez llegaba a más gente.
Entre tanto, el mensaje de Dios se divulgaba y penetraba por doquier.
La palabra de Dios se propagaba y se extendía.
Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
Mientras tanto, la palabra de Dios seguía extendiéndose, y hubo muchos nuevos creyentes.
Pero la palabra de Dios seguía extendiéndose y difundiéndose.
Pero la Palabra de Dios crecía y se multiplicaba.
Pero la palabra de Dios crecía y se multiplicaba.
Mientras tanto, la palabra del Señor seguía extendiéndose y multiplicándose.
Mas la palabra del Señor crecía y era multiplicada.
Los cristianos siguieron anunciando el mensaje de Dios.
Los cristianos siguieron anunciando el mensaje de Dios.
Nos conviene tomar constantemente en cuenta el versículo Hechos, 12:24 de La Biblia con el fin de reflexionar sobre él. ¿Qué trataba de decirnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Hechos, 12:24? ¿En qué coyunturas de nuestra vida diaria seremos capaces de llevar a la práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo Hechos, 12:24 de La Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo Hechos, 12:24 nos es de gran ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, por eso es aconsejable recurrir al versículo Hechos, 12:24 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen para saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.