Luego me llevó al atrio exterior y me hizo recorrer sus cuatro ángulos. Vi que en cada uno de los cuatro ángulos del atrio había un patio pequeño. Todos tenían las mismas medidas de veinte metros por
En los cuatro rincones del atrio había patios juntos de cuarenta codos de longitud, y treinta de anchura: tenían una misma medida todos cuatro á los rincones.
En los cuatro rincones del atrio había patios cercados, de cuarenta codos de longitud y treinta de ancho; una misma medida tenían los cuatro.
En los cuatro rincones del atrio había patios cercados, de cuarenta codos de longitud y treinta de anchura; una misma medida tenían los cuatro.
En los cuatro rincones del atrio había patios juntos de cuarenta codos de longitud, y treinta de anchura; tenían una misma medida todos cuatro a los rincones.
En los quatro rincones del patio auia patios juntos de quarenta cobdos de lõgura, y de treynta de anchura: tenian vna misma medida todos quatro à los rincones.
Luego me llevó al atrio exterior y me hizo recorrer sus cuatro ángulos. Vi que en cada uno de los cuatro ángulos del atrio había un patio pequeño. Todos tenían las mismas medidas de veinte metros por
Luego me llevó al atrio exterior y me hizo recorrer sus cuatro ángulos. Vi que en cada uno de los cuatro ángulos del atrio había un patio pequeño. Todos tenían las mismas medidas de veinte metros por
Eran recintos adosados a los cuatro ángulos del atrio, todos de la misma medida: veinte metros de largo por quince de ancho.
En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados, de cuarenta codos de largo y treinta de ancho; los cuatro atrios en los ángulos tenían una misma medida.
En cada esquina había un espacio cerrado de 20 metros de largo por 15 metros de ancho.
Eran recintos adosados a los cuatro ángulos del atrio, todos de la misma medida: veinte metros de largo por quince de ancho.
Luego mi guía celestial me trajo afuera nuevamente, al patio exterior, y me llevó a cada una de las cuatro esquinas del patio. Vi que en cada esquina había una habitación de veintiún metros de largo y
En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados, de 40 codos (21 metros) de largo y 30 codos (15.75 metros) de ancho; los cuatro atrios en los ángulos tenían una misma medida.
Cada recinto medía veintiún metros con veinte centímetros de largo por quince metros con noventa centímetros de ancho, y estaba rodeado por muros.
En las cuatro esquinas del atrio había atrios cercados, todos del mismo tamaño, de cuarenta codos de largo por treinta de ancho.
En las cuatro esquinas del patio había pequeños patios de 20 metros de longitud por 15 metros de anchura. Los cuatro eran de la misma medida.
En los cuatro ángulos del atrio había patios pequeños de veinte metros de largo y quince metros de ancho. Los cuatro ángulos tenían una misma medida.
En los cuatro rincones del atrio había patios cercados, de veinte metros de largo y quince metros de ancho. Los cuatro patios medían lo mismo.
En los cuatro rincones del atrio había patios juntos de cuarenta codos de longitud, y treinta de anchura: tenían una misma medida todos cuatro á los rincones.
Luego ese hombre me llevó a recorrer las cuatro esquinas del patio exterior. En cada esquina había un patio pequeño, y cada patio medía veinte metros de largo por quince de ancho.
Luego ese hombre me llevó a recorrer las cuatro esquinas del patio exterior. En cada esquina había un patio pequeño, y cada patio medía veinte metros de largo por quince de ancho.
El versiculo Ezequiel, 46:22 de La Santa Biblia es algo que es aconsejable tener continuamente presente de tal forma que podamos hacer una reflexión acerca de él.Tal vez sería acertado cuestionarse ¿Qué pretendía decirnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Ezequiel, 46:22? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida diaria en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Ezequiel, 46:22 de Las Sagradas Escrituras?
Hacer un análisis profundo acerca de el versículo Ezequiel, 46:22 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente servirse del versículo Ezequiel, 46:22 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen para saber qué pasos dar o para traer paz a nuestros corazones y almas.