Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley; pues la Escritura dice: «El justo por la fe vivirá.»
Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.
Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá
Y que por la Ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque «el justo por la fe vivirá».
Además por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.
Mas porquanto por la Ley ninguno ſe justifica acerca de Dios, queda manifiesto que el juſto por la fe biue.
Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley; pues la Escritura dice: «El justo por la fe vivirá.»
Por tanto, está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley; pues la Escritura dice: «El justo por la fe vivirá.»
Y es evidente que, por cumplir la ley, nadie será restablecido por Dios en su amistad, ya que también dice la Escritura: Aquel a quien Dios restablece en su amistad por medio de la fe, alcanzará la vi
Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRá POR LA FE.
Entonces es claro que nadie logra ser aprobado por Dios a través de la ley, porque «el aprobado por Dios, por la fe vivirá».
Y es evidente que, por cumplir la ley, nadie será justificado ante Dios, ya que también dice la Escritura: El justo por la fe vivirá.
Salta a la vista, pues, que nadie podrá jamás ganar el favor de Dios por obedecer la ley, porque está escrito: «El que halla la vida, la halla sólo porque confía en Dios».
Y que nadie es justificado ante Dios por la ley es evidente, porque «EL JUSTO VIVIRá POR LA FE».
Queda claro, entonces, que nadie puede hacerse justo ante Dios por tratar de cumplir la ley, ya que las Escrituras dicen: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida».
Ahora bien, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque «el justo vivirá por la fe».
Es evidente que por la Ley nadie es declarado justo delante de Dios, porque: El justo vivirá por la fe.
Desde luego, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque el justo vivirá por la fe.
Y es evidente que por la ley ninguno se justifica para con Dios, porque «El justo por la fe vivirá»
Mas por cuanto por la ley ninguno se justifica para con Dios, queda manifiesto: Que el justo por la fe vivirá.
Nadie puede agradar a Dios solo obedeciendo la ley, pues la Biblia dice: «Los que Dios ha aceptado, y que confían en él, vivirán para siempre.»
Nadie puede agradar a Dios solo obedeciendo la ley, pues la Biblia dice: «Los que Dios ha aceptado, y que confían en él, vivirán para siempre.»
El versiculo Gálatas, 3:11 de La Santa Biblia consiste en algo que hay que tener constantemente presente con la finalidad de hacer una reflexión en torno a él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo Gálatas, 3:11? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que seremos capaces de hacer valer lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Gálatas, 3:11 de La Sagrada Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación en relación con el versículo Gálatas, 3:11 nos resulta fundamental para llegar a a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a acercarnos más a Dios, por ese motivo es útil recurrir al versículo Gálatas, 3:11 cada vez que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber cómo proceder o para traer el sosiego a nuestros corazones.