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Génesis, 21:5

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Génesis, 21:5

Abraham tenía cien años cuando Isaac nació.


Y era Abraham de cien años, cuando le nació Isaac su hijo.


Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.


Tenía Abraham cien años cuando nació su hijo Isaac.


Y era Abraham de cien años, cuando le nació Isaac su hijo.


Y era Abraham de cien años, quãdo le nacio Iſaac ſu hijo.


Abraham tenía cien años cuando Isaac nació.


Abraham tenía cien años cuando Isaac nació.


Cien años tenía Abrahán cuando le nació su hijo Isaac.


Abraham tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac.


Abraham ya tenía 100 años de edad cuando nació su hijo Isaac.


Cien años tenía Abrahán cuando le nació su hijo Isaac.


Cuando Isaac nació, Abraham ya tenía cien años.


Abraham tenía 100 años cuando le nació su hijo Isaac.


Abraham tenía cien años de edad cuando nació Isaac.


Abraham tenía ya cien años cuando nació su hijo Isaac.


Abraham tenía 100 años cuando le nació su hijo Isaac.


Abraham tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac.


Cuando nació su hijo Isaac, Abrahán tenía cien años.


Y era Abraham de cien años, cuando le nació Isaac su hijo.


Cuando nació Isaac, nombre que quiere decir «se ríe», Abraham tenía cien años.


Cuando nació Isaac, nombre que quiere decir «se ríe», Abraham tenía cien años.


Es preciso tomar en todo momento en cuenta el versículo Génesis, 21:5 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el propósito de reflexionar acerca de él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de decirnos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Génesis, 21:5? ¿En qué coyunturas de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de recurrir a aquello que aprendemos gracias al versículo Génesis, 21:5 de La Sagrada Biblia?

Discurrir y recapacitar sobre el versículo Génesis, 21:5 nos es de gran ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente servirse del versículo Génesis, 21:5 cada vez que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la serenidad a nuestras almas.