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Jueces, 12:3

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Jueces, 12:3

Como vi que ustedes no venían en nuestra ayuda, arriesgué mi propia vida y ataqué a los amonitas, y el Señor me dio la victoria. ¿Por qué vienen ustedes ahora a pelear conmigo?


Viendo pues que no me defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Ammón, y Jehová los entregó en mi mano: ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?


Viendo, pues, que no me defendíais, arriesgué mi vida, y pasé contra los hijos de Amón, y Jehová me los entregó; ¿por qué, pues, habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?


Viendo, pues, que no me defendíais, arriesgué mi vida, ataqué a los hijos de Amón, y Jehová me los entregó. ¿Por qué, pues, habéis subido hoy para pelear conmigo?


Viendo, pues, que tú no me defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano; ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?


Viendo pues que tu no me defendias, puse mi alma en mi palma, y paſſé contra los hijos de Ammon, y Iehoua los entregó en mi mano: porque pues aueys subido oy contra mi para pelear cõmigo?


Como vi que ustedes no venían en nuestra ayuda, arriesgué mi propia vida y ataqué a los amonitas, y el Señor me dio la victoria. ¿Por qué vienen ustedes ahora a pelear conmigo?


Como vi que ustedes no venían en nuestra ayuda, arriesgué mi propia vida y ataqué a los amonitas, y el Señor me dio la victoria. ¿Por qué vienen ustedes ahora a pelear conmigo?


Como vi que nadie venía a ayudarme, arriesgué mi vida, combatí contra los amonitas y el Señor los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, vienen hoy contra mí para hacerme la guerra?


Viendo, pues, que no me ibais a librar, arriesgué mi vida y crucé contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, habéis subido hoy a pelear contra mí?


Cuando me di cuenta de que ustedes no venían a ayudarme, yo mismo arriesgué mi vida y fui a pelear contra los amonitas, pero el SEÑOR me ayudó en la lucha y gané la batalla. No entiendo por qué ahora


Como vi que nadie venía a ayudarme, arriesgué mi vida, combatí contra los amonitas y el Señor los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, vienen hoy contra mí para hacerme la guerra?


Yo arriesgué mi vida y salí a la batalla y el SEÑOR me ayudó a vencer al enemigo. ¿Es esta una razón para que ustedes luchen contra nosotros?


Viendo, pues, que no me iban a librar, arriesgué mi vida y crucé contra los amonitas, y el SEÑOR los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, han subido hoy a pelear contra mí?».


De modo que, al ver que no vendrían, arriesgué mi vida y salí a combatir sin ustedes, y el SEÑOR me dio la victoria sobre los amonitas. Así que, ¿por qué vienen ahora a pelear conmigo?


Cuando vi que ustedes no me ayudarían, arriesgué mi vida, marché contra los amonitas, y el SEÑOR los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, han subido hoy a luchar contra mí?


Cuando vi que ustedes no me defenderían, arriesgué mi vida y pasé contra los hijos de Amón. YAVé los entregó en mi mano. ¿Por qué se levantan hoy a pelear contra mí?


Viendo, pues, que no me libraban, arriesgué mi vida y fui contra los hijos de Amón, y el SEÑOR los entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, han subido hoy contra mí para combatir conmigo?


Como vi que ustedes no venían en mi ayuda, me arriesgué y luché contra ellos, y el Señor me los entregó. ¿Por qué, entonces, vienen ahora a querer pelear conmigo?»


Viendo pues que no me defendíais, puse mi alma en mi palma, y pasé contra los hijos de Ammón, y Jehová los entregó en mi mano: ¿por qué pues habéis subido hoy contra mí para pelear conmigo?


Al ver que ustedes no venían a defendernos, decidí arriesgar mi vida y ataqué a los amonitas. Y si Dios me ayudó a vencerlos, ¿por qué ahora vienen ustedes a atacarme?


Al ver que ustedes no venían a defendernos, decidí arriesgar mi vida y ataqué a los amonitas. Y si Dios me ayudó a vencerlos, ¿por qué ahora vienen ustedes a atacarme?


El versiculo Jueces, 12:3 de La Santa Biblia consiste en algo que es aconsejable tomar constantemente en cuenta con el propósito de meditar acerca de él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía decirnos Dios Padre con el versículo Jueces, 12:3? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos aplicar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Jueces, 12:3 de La Sagrada Biblia?

Discurrir y recapacitar acerca de el versículo Jueces, 12:3 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, esa es la cuestión por la cual es aconsejable recurrir al versículo Jueces, 12:3 en todas aquellas ocasiones en que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo proceder o para traer paz a nuestros corazones.