Juan era aquel de quien Dios había dicho por medio del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor; ábranle un camino recto.”»
Porque éste es aquel del cual fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Enderezad sus veredas.
Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.
pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: «Voz del que clama en el desierto: “¡Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas!”»
Porque éste es aquel del cual fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto; aparejad el camino del Señor, enderezad sus veredas.
Porque eſte es aquel del qual fue dicho por el propheta Isayas, que dixo, Boz delque clama enel desierto: Aparejad el camino del Señor, endereçad ſus veredas.
Juan era aquel de quien Dios había dicho por medio del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor; ábranle un camino recto.”»
Juan era aquel de quien Dios había dicho por medio del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor; ábranle un camino recto.”»
A este Juan se había referido el profeta Isaías cuando dijo: Se oye una voz; alguien clama en el desierto: “¡Preparen el camino del Señor; abran sendas rectas para él!”.
Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: «PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS».
El profeta Isaías se refería a Juan cuando dijo: «Alguien grita en el desierto: “¡Preparen el camino para el Señor; háganle caminos derechos!”»
A este Juan se había referido el profeta Isaías cuando dijo: Se oye una voz; alguien clama en el desierto: «¡Preparen el camino del Señor; abran sendas rectas para él!».
Siglos atrás, el profeta Isaías había hablado de Juan y lo describió así: «Una voz clama en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor; que nada le estorbe a su paso”».
Porque este Juan es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, cuando dijo: «VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: “PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, HAGAN DERECHAS SUS SENDAS” ».
El profeta Isaías se refería a Juan cuando dijo: «Es una voz que clama en el desierto: “¡Preparen el camino para la venida del SEÑOR! ¡Ábranle camino!”».
Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas”».
Pues yo soy el anunciado por el profeta Isaías: Voz de uno que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor. Allanen sus sendas.
Pues este es aquel de quien fue dicho por medio del profeta Isaías: Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas”.
Este es aquel de quien el profeta Isaías dijo: “Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor; enderecen sus sendas.”»
Porque éste es aquel del cual fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Enderezad sus veredas.
Juan era la persona de quien hablaba el profeta Isaías cuando dijo: «Alguien grita en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor. ¡Ábranle paso! ¡Que no encuentre estorbos!”»
Juan era la persona de quien hablaba el profeta Isaías cuando dijo: «Alguien grita en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor. ¡Ábranle paso! ¡Que no encuentre estorbos!”»
Nos conviene tomar continuamente en cuenta el versículo San Mateo, 3:3 de La Sagrada Biblia de manera que podamos reflexionar acerca de él. ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo San Mateo, 3:3? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de poner en práctica aquello que aprendemos gracias al versículo San Mateo, 3:3 de la Santa Biblia?
Hacer un análisis profundo acerca de el versículo San Mateo, 3:3 nos supone una ayuda a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es bueno servirse del versículo San Mateo, 3:3 siempre que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la serenidad a nuestros corazones.