En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo
Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo
Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
Mas nuestra vivienda está en los cielos; de donde también esperamos el Salvador, al Señor Jesús el Cristo
¶ Mas nueſtra biuienda es en los cielos: de donde tambien eſperamos el Sal uador, àl Señor Iesus el Chriſto.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos de los cielos y esperamos impacientes que de allí nos venga el salvador: Jesucristo, el Señor.
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo
En cambio, nuestra patria está en el cielo y de ahí estamos esperando que venga el Salvador, Nuestro Señor Jesucristo.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos de los cielos y esperamos impacientes que de allí nos venga el salvador: Jesucristo, el Señor.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo y de allí esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo.
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.
Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo.
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo.
Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo
Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, y esperamos que de allí vuelva nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
El versiculo Filipenses, 3:20 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que es aconsejable tomar constantemente en cuenta con el propósito de reflexionar acerca de él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué pretendía decirnos Dios con el versículo Filipenses, 3:20? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos aplicar aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Filipenses, 3:20 de la Santa Biblia?
Hacer un análisis profundo sobre el versículo Filipenses, 3:20 nos es de gran ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es aconsejable recurrir al versículo Filipenses, 3:20 todas las veces que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir y así saber cómo proceder o para traer paz a nuestro espíritu.