<

Salmos, 6:2

>

Salmos, 6:2

2 (3) Señor, ten compasión de mí, pues me siento sin fuerzas. Señor, devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla.


Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado: Sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.


Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.


Ten misericordia de mí, Jehová, porque estoy enfermo; sáname, Jehová, porque mis huesos se estremecen.


Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, porque yo estoy debilitado; sáname, oh SEÑOR, porque mis huesos están conturbados.


Iehoua, no me reprehẽdas con tu furor: ni me castigues con tu yra.


Señor, no me reprendas en tu enojo, no me castigues en tu furor.


2 (3) Señor, ten compasión de mí, pues me siento sin fuerzas. Señor, devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla.


Señor, no me reprendas airado, no me castigues con furia.


Ten piedad de mí, SEÑOR, pues languidezco; sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen.


Ten compasión de mí SEÑOR, estoy enfermo. SEÑOR, sáname que estoy débil y me duele todo el cuerpo.


Señor, apiádate de mí que estoy débil; fortaléceme, pues me siento sin fuerzas


Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque soy débil. Sáname, pues mi cuerpo está en agonía


Ten piedad de mí, SEÑOR, porque estoy sin fuerza; Sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen.


Ten compasión de mí, SEÑOR, porque soy débil; sáname, SEÑOR, porque mis huesos agonizan.


Tenme compasión, SEÑOR, porque desfallezco; sáname, SEÑOR, que un frío de muerte recorre mis huesos.


Ten compasión de mí, oh YAVÉ, porque desfallezco. Sáname, oh YAVÉ, porque mis huesos están conturbados


Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, porque desfallezco. Sáname, oh SEÑOR, porque mis huesos están abatidos.


Señor, ten misericordia de mí, que estoy enfermo; sáname, pues todos mis huesos se estremecen.


Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado: Sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.


1-2 (2-3) Dios mío, ¡tenme compasión! No me reprendas cuando estés enojado ni me castigues cuando estés furioso, pues ya no me quedan fuerzas. Devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla.


1-2 (2-3) Dios mío, ¡tenme compasión! No me reprendas cuando estés enojado ni me castigues cuando estés furioso, pues ya no me quedan fuerzas. Devuélveme la salud, pues todo el cuerpo me tiembla.


El versiculo Salmos, 6:2 de los Textos Sagrados que componen la Biblia consiste en algo que debemos tener siempre presente con el objetivo de meditar sobre él.Tal vez sería adecuado preguntarse ¿Qué trataba de decirnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Salmos, 6:2? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que seremos capaces de recurrir a aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 6:2 de La Sagrada Biblia?

Discurrir y recapacitar en torno a lo que se refiere el versículo Salmos, 6:2 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa razón es útil acudir al versículo Salmos, 6:2 cada vez que pueda servirnos de guía y así saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.