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Salmos, 94:5

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Salmos, 94:5

Oh Señor, ellos destrozan a tu pueblo; ¡humillan a los tuyos!


A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y á tu heredad afligen.


A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y a tu heredad afligen.


A tu pueblo, Jehová, quebrantan y a tu heredad afligen.


A tu pueblo, oh SEÑOR, quebrantan, y a tu heredad afligen.


A tu pueblo, ò Iehoua, quebrantan; y à tu heredad afligen.


Oh Señor, ellos destrozan a tu pueblo; ¡humillan a los tuyos!


Oh Señor, ellos destrozan a tu pueblo; ¡humillan a los tuyos!


oprimen, Señor, a tu pueblo, humillan a tu heredad.


Aplastan a tu pueblo, SEÑOR, y afligen a tu heredad.


SEÑOR, ellos le hacen daño a tu pueblo; hacen sufrir a tu gente.


oprimen, Señor, a tu pueblo, humillan a tu heredad.


Mira cómo oprimen a tu pueblo; oh SEÑOR; lastimando a los que amas.


Aplastan a Tu pueblo, SEÑOR, Y afligen a Tu heredad.


Aplastan a tu pueblo, SEÑOR; lastiman a los que llamas tuyos.


A tu pueblo, SEÑOR, lo pisotean; oprimen tu herencia.


A tu pueblo quebrantan, oh YAVÉ. Oprimen a tu heredad.


A tu pueblo, oh SEÑOR, quebrantan; a tu heredad afligen.


A tu pueblo, Señor, lo oprimen; a los que son tuyos los afligen.


A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y á tu heredad afligen.


Aplastan y afligen a tu pueblo elegido


Aplastan y afligen a tu pueblo elegido


Es conveniente tener siempre presente el versículo Salmos, 94:5 de La Biblia con la finalidad de hacer una reflexión sobre él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía manifestarnos Dios con el versículo Salmos, 94:5? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día tenemos la oportunidad de recurrir a aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 94:5 de la Santa Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo Salmos, 94:5 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es oportuno acudir al versículo Salmos, 94:5 cuando creamos que nos pueda servir de guía y así saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.