Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Y fué vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas
Otra señal también apareció en el cielo: un gran dragón escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas.
Y apareció otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
Y fue vista otra señal enel cielo, y heaqui vn grande dragon bermejo, que tenia ſiete cabeças, y diez cuernos, y en ſus cabeças ſiete diademas.
Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Entonces otra figura prodigiosa apareció en el cielo: un enorme dragón color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada una de sus siete cabezas.
Entonces apareció otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas.
Luego apareció otra señal en el cielo: un dragón rojo con siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Entonces otra figura prodigiosa apareció en el cielo: un enorme dragón color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada una de sus siete cabezas.
De pronto apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Entonces apareció otra señal en el cielo: Un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas.
Luego fui testigo de otro suceso importante en el cielo. Vi a un gran dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y una corona en cada cabeza.
Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas, diez cuernos y una diadema en cada cabeza.
También se vio otra señal en el cielo: Ahí estaba un gran dragón rojo como fuego que tenía siete cabezas, diez cuernos, y siete diademas en sus cabezas.
Y apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas.
También pudo verse en el cielo otra señal: Apareció un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y con una diadema en cada cabeza.
Y fué vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
De pronto se vio en el cielo algo también misterioso: apareció un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
De pronto se vio en el cielo algo también misterioso: apareció un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza.
Deberíamos tener siempre presente el versículo Apocalipsis, 12:3 de los Textos Sagrados que componen la Biblia de manera que podamos analizarlo y pensar sobre él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué trataba de manifestarnos Dios Padre con el versículo Apocalipsis, 12:3? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día tenemos la oportunidad de recurrir a aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Apocalipsis, 12:3 de La Sagrada Biblia?
Meditar en relación con el versículo Apocalipsis, 12:3 nos ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa cuestión es útil apoyarse en el versículo Apocalipsis, 12:3 en todas aquellas ocasiones en que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir y así saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestro espíritu.