<

Romanos, 15:3

>

Romanos, 15:3

Porque tampoco Cristo buscó agradarse a sí mismo; al contrario, en él se cumplió lo que dice la Escritura: «Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mí.»


Porque Cristo no se agradó á sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.


Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.


porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: «Los vituperios de los que te vituperaban cayeron sobre mí.»


Porque el Cristo no se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.


Porque el Chriſto no ſe agradó à ſi mis mo: antes, como eſta eſcripto, Los vitupe rios de los que te vituperã, cayeron ſobremi.


Porque tampoco Cristo buscó agradarse a sí mismo; al contrario, en él se cumplió lo que dice la Escritura: «Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mí.»


Porque tampoco Cristo buscó agradarse a sí mismo; al contrario, en él se cumplió lo que dice la Escritura: «Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mí.»


Porque tampoco Cristo buscó su propia satisfacción; al contrario, como dice la Escritura: los insultos de quienes te insultan han caído sobre mí.


Pues ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: LOS VITUPERIOS DE LOS QUE TE INJURIABAN CAYERON SOBRE MI.


Cristo mismo tampoco buscó agradarse a sí mismo. Así dicen las Escrituras: «La gente que te insulta también me está insultando a mí».


Porque tampoco Cristo buscó su propia satisfacción; al contrario, como dice la Escritura: los insultos de quienes te insultan han caído sobre mí.


Ni siquiera Cristo trató de complacerse. Como está escrito: «Los insultos de quienes te ofendían cayeron sobre mí».


Pues ni aun Cristo se agradó a Él mismo; antes bien, como está escrito: «LOS INSULTOS DE LOS QUE TE INJURIABAN CAYERON SOBRE Mí».


Pues ni siquiera Cristo vivió para agradarse a sí mismo. Como dicen las Escrituras: «Los insultos de aquellos que te insultan, oh Dios, han caído sobre mí».


Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo, sino como está escrito: «Sobre mí han recaído las burlas de los que te insultan».


Porque ni aun Cristo se agradó Él mismo. Al contrario, como está escrito: Los insultos de los que te deshonran cayeron sobre Mí.


Porque Cristo no se agradó a sí mismo; más bien, como está escrito: Las afrentas de los que te afrentaron cayeron sobre mí.


Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo sino que, como está escrito: «Las ofensas de los que te insultaban cayeron sobre mí.»


Porque Cristo no se agradó á sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperan, cayeron sobre mí.


Porque ni aun Cristo pensaba solo en lo que le agradaba a él. Como Dios dice en la Biblia: «Me siento ofendido cuando te ofenden a ti.»


Porque ni aun Cristo pensaba solo en lo que le agradaba a él. Como Dios dice en la Biblia: «Me siento ofendido cuando te ofenden a ti.»


El versiculo Romanos, 15:3 de La Biblia consiste en algo que es conveniente tomar constantemente en cuenta de manera que podamos meditar en torno a él. ¿Qué quiso decirnos Dios Padre con el versículo Romanos, 15:3? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Romanos, 15:3 de Las Sagradas Escrituras?

Discurrir y recapacitar en relación con el versículo Romanos, 15:3 nos ayuda a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, esa es la razón por la cual es conveniente recurrir al versículo Romanos, 15:3 cuando creamos que nos pueda servir de guía para saber qué pasos dar o para traer paz a nuestras almas.