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Romanos, 3:27

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Romanos, 3:27

¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído.


¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.


¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.


¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.


¿Dónde pues está la jactancia? Es echada fuera. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No; sino por la ley de la fe.


Dõde pues eſtá la jactancia? Es echada fuera. Por qual Ley? De las obras? no: mas por la Ley de la fe.


¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído.


¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído.


¿Dónde queda, pues, el orgullo humano? Ha sido desmantelado. Y no por la observancia de la ley, sino en razón de la fe.


¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe.


Entonces, ¿Hay alguna razón para estar orgullosos de nosotros mismos? ¡No la hay! ¿Por qué razón? Por razón de fe y no por cumplir la ley.


¿Dónde queda, pues, el orgullo humano? Ha sido desmantelado. Y no por la observancia de la ley, sino en razón de la fe.


¿De qué podemos jactarnos entonces? Absolutamente de nada. ¿Por qué? Porque nuestra salvación no depende de la obediencia a la ley, sino de la fe.


¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe.


¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe.


¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la obediencia de la Ley? No, sino por el de la fe.


¿Dónde, pues, está la alabanza propia? Queda excluida. ¿Por medio de cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe.


¿Dónde, pues, está la jactancia? Está excluida. ¿Por qué clase de ley? ¿Por la de las obras? ¡Jamás! Más bien, por la ley de la fe.


Entonces, ¿dónde está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.


¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.


Ante Dios, no tenemos nada de qué estar orgullosos. Pues Dios nos acepta porque confiamos en Jesucristo, y no por obedecer la ley de Moisés.


Ante Dios, no tenemos nada de qué estar orgullosos. Pues Dios nos acepta porque confiamos en Jesucristo, y no por obedecer la ley de Moisés.


Es aconsejable tener continuamente presente el versículo Romanos, 3:27 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el propósito de hacer una reflexión sobre él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué intentaba proponernos Dios Padre con el versículo Romanos, 3:27? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que seremos capaces de aplicar lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Romanos, 3:27 de la Santa Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación en relación con el versículo Romanos, 3:27 es un gran aporte que nos permite a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, por ese motivo es útil recurrir al versículo Romanos, 3:27 en todas aquellas ocasiones en que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir para saber cómo proceder o para traer la paz a nuestro espíritu.