Los jinetes le dijeron entonces al ángel del Señor que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz.»
Y ellos hablaron á aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.
Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.
Entonces ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y le dijeron: —Hemos recorrido la tierra, y hemos visto que toda la tierra está tranquila y en calma.
Y ellos hablaron a aquel ángel del SEÑOR que estaba entre los arrayanes, y dijeron: Hemos andado la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.
Y ellos hablaron à aquel Angel de Iehoua, que eſtaua entre los arrayhanes, y dixeron, Hemos andado la tierra, y heaqui que toda la tierra eſtá reposada y quieta.
Los jinetes le dijeron entonces al ángel del Señor que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz.»
Los jinetes le dijeron entonces al ángel del Señor que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz.»
Ellos entonces se dirigieron al ángel del Señor y le informaron: — Hemos recorrido toda la tierra y la hemos encontrado tranquila y en calma.
Y ellos respondieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí, toda la tierra está en paz y tranquila.
Luego, los jinetes le dijeron al ángel del SEÑOR que estaba entre los arrayanes: —Hemos estado recorriendo la tierra y está toda tranquila y en paz.
Ellos entonces se dirigieron al ángel del Señor y le informaron: —Hemos recorrido toda la tierra y la hemos encontrado tranquila y en calma.
Entonces los demás jinetes informaron al ángel del SEÑOR: «Hemos recorrido toda la tierra, y en todo lugar hay paz y prosperidad».
Y ellos respondieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: «Hemos recorrido la tierra, y toda la tierra está en paz y tranquila».
Entonces los otros jinetes le informaron al ángel del SEÑOR, que se encontraba entre los arrayanes: «Hemos estado recorriendo la tierra y el mundo entero está en paz».
Los jinetes informaron al ángel del SEÑOR, que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra. Por cierto, la encontramos tranquila y en paz».
Sus jinetes informaron al Ángel de YAVÉ, que estaba entre los mirtos, y dijeron: Recorrimos la tierra, y ciertamente toda la tierra está tranquila y reposada.
Ellos se dirigieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: —Hemos recorrido la tierra, y he aquí que toda la tierra está reposada y tranquila.
Ellos, por su parte, hablaron con el ángel del Señor que estaba entre los mirtos y dijeron: “Hemos andado por toda la tierra, y esta se halla reposada y tranquila.”
Y ellos hablaron á aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta.
El ángel se había quedado entre los mirtos. En ese momento los jinetes le informaron: —Ya recorrimos toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz.
El ángel se había quedado entre los mirtos. En ese momento los jinetes le informaron: —Ya recorrimos toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz.
El versiculo Zacarías, 1:11 de La Biblia consiste en algo que hay que tomar constantemente en cuenta de tal forma que podamos reflexionar sobre él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso manifestarnos el Señor con el versículo Zacarías, 1:11? ¿Cuáles son los momentos de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos aprendido gracias al versículo Zacarías, 1:11 de la Santa Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Zacarías, 1:11 nos es de gran ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es aconsejable recurrir al versículo Zacarías, 1:11 cuando creamos que nos pueda servir de guía y así saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestros corazones.