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1 Reyes, 21:27

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1 Reyes, 21:27

Cuando Ahab escuchó todo esto, se rasgó la ropa, se puso ropas ásperas y ayunó. Dormía con esas ropas, y andaba muy triste.


Y acaeció cuando Achâb oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y durmió en saco, y anduvo humillado.


Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado.


Sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, ciñó su carne con ropas ásperas, ayunó, durmió sobre las ropas ásperas y anduvo humillado.


Y acaeció cuando Acab oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre su carne, y ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado.


Y fue, quando Achab oyó estas palabras, rompió ſus veſtidos, y puso sacco ſobre ſu carne, y ayunó, y durmió en cilicio, y anduuo humillado.


Cuando Ahab escuchó todo esto, se rasgó la ropa, se puso ropas ásperas y ayunó. Dormía con esas ropas, y andaba muy triste.


Cuando Ahab escuchó todo esto, se rasgó la ropa, se puso ropas ásperas y ayunó. Dormía con esas ropas, y andaba muy triste.


Cuando Ajab escuchó esas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de saco y ayunó; se acostaba con el saco y se mostraba afligido.


Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus carnes y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido.


Después de que Elías terminó de hablar, Acab se puso muy triste, se rompió la ropa, se vistió con ropas ásperas y no comió nada. Hasta dormía con ropas ásperas y andaba deprimido.


Cuando Ajab escuchó esas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de saco y ayunó; se acostaba con el saco y se mostraba afligido.


Cuando Acab oyó estas profecías, se vistió con ropa áspera y ayunó. No se quitaba esa ropa para dormir, y andaba deprimido.


Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido.


Sin embargo, cuando Acab escuchó este mensaje, rasgó su ropa, se vistió de tela áspera e hizo ayuno. Hasta dormía vestido de tela áspera y andaba de luto.


Cuando Acab escuchó estas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y ayunó. Dormía vestido así y andaba deprimido.


Sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus ropas, puso ropa áspera sobre su cuerpo, ayunó, se acostó con la ropa áspera y anduvo afligido.


Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestiduras, puso cilicio sobre su cuerpo, ayunó y se acostó con el cilicio; y andaba humillado.


Después de que Ajab escuchó a Elías, se rasgó sus vestiduras reales, se vistió de cilicio, y ayunó; luego se acostó sobre cenizas, y allí durmió y anduvo humillado ante el Señor.


Y acaeció cuando Achâb oyó estas palabras, que rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y durmió en saco, y anduvo humillado.


Cuando Ahab escuchó eso, se puso triste; por eso rompió su ropa, se puso ropas ásperas y ayunó. Entonces Dios le dijo a Elías: «¿Viste cómo se arrepintió Ahab por lo malo que hizo? Por eso no voy a ca


Cuando Ahab escuchó eso, se puso triste; por eso rompió su ropa, se puso ropas ásperas y ayunó. Entonces Dios le dijo a Elías: «¿Viste cómo se arrepintió Ahab por lo malo que hizo? Por eso no voy a ca


Hay que tener continuamente presente el versículo 1 Reyes, 21:27 de La Biblia con el propósito de hacer una reflexión acerca de él. ¿Qué pretendía manifestarnos el Señor con el versículo 1 Reyes, 21:27? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo 1 Reyes, 21:27 de la Santa Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación acerca de el versículo 1 Reyes, 21:27 nos supone una ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por eso es conveniente recurrir al versículo 1 Reyes, 21:27 cuando creamos que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.