Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, que era de la ciudad de Alejandría. Era muy elocuente y conocía muy bien las Escrituras.
Llegó entonces á Efeso un Judío, llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente, poderoso en las Escrituras.
¶ Llegó entonces a Efeso un judío, llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
¶ Llegó entõces à Epheso vn Iudio llamado Apollos, natural de Alexandria, varõ eloquente, poderoso en las Escripturas.
Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, que era de la ciudad de Alejandría. Era muy elocuente y conocía muy bien las Escrituras.
Por aquel tiempo llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, que era de la ciudad de Alejandría. Era muy elocuente y conocía muy bien las Escrituras.
Llegó por entonces a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras.
Llegó entonces a Efeso un judío que se llamaba Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente, y que era poderoso en las Escrituras.
Un judío de Alejandría llamado Apolos llegó a Éfeso. Tenía buena educación y sabía mucho de las Escrituras.
Llegó por entonces a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras.
Mientras tanto, llegó a Éfeso, procedente de Alejandría, un judío llamado Apolos, hombre elocuente y poderoso en las Escrituras.
Llegó entonces a Éfeso un judío que se llamaba Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente, y que era poderoso en las Escrituras.
Mientras tanto, un judío llamado Apolos —un orador elocuente que conocía bien las Escrituras— llegó a Éfeso desde la ciudad de Alejandría, en Egipto.
Por aquel entonces llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría. Era un hombre ilustrado y convincente en el uso de las Escrituras.
Entonces llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, de origen alejandrino, varón elocuente y poderoso en las Escrituras.
Llegó entonces a Éfeso cierto judío llamado Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente y poderoso en las Escrituras.
Por esos días llegó a Éfeso un judío de Alejandría, que se llamaba Apolos. Era muy elocuente, y tenía un sólido conocimiento de las Escrituras
Llegó entonces á Efeso un Judío, llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
Por aquel tiempo llegó a la ciudad de Éfeso un hombre que se llamaba Apolo. Era de la ciudad de Alejandría, y sabía convencer a la gente con sus palabras, pues conocía mucho de la Biblia.
Por aquel tiempo llegó a la ciudad de Éfeso un hombre que se llamaba Apolo. Era de la ciudad de Alejandría, y sabía convencer a la gente con sus palabras, pues conocía mucho de la Biblia.
El versiculo Hechos, 18:24 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es muy recomendable tomar siempre en cuenta de tal forma que podamos hacer una reflexión acerca de él.Probablemente sería adecuado preguntarse ¿Qué intentaba decirnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Hechos, 18:24? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que podemos llevar a la práctica aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Hechos, 18:24 de La Biblia?
Meditar en torno a lo que se refiere el versículo Hechos, 18:24 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es útil servirse del versículo Hechos, 18:24 todas las veces que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer paz a nuestros corazones y almas.