»En este día les doy a elegir entre bendición y maldición.
He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición
He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición
»Mirad: Yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición
¶ Mira, yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición
Mira, Yo pongo oy delante de vosotros la bendicion, y la maldicion
»En este día les doy a elegir entre bendición y maldición.
»En este día les doy a elegir entre bendición y maldición.
Miren, hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición
He aquí, hoy pongo delante de vosotros una bendición y una maldición
Hoy les estoy dando a escoger entre bendición y maldición.
Miren, hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición
»Ahora ustedes deben elegir entre la bendición de Dios y la maldición de Dios.
»Miren, hoy pongo delante de ustedes una bendición y una maldición
»Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición!
»Hoy les doy a elegir entre la bendición y la maldición
Miren, hoy pongo delante de ustedes la bendición y la maldición
“Mira, pues; yo pongo hoy delante de ustedes la bendición y la maldición
»Dense cuenta de que hoy pongo ante ustedes la bendición y la maldición.
He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición
»Hoy mismo deben elegir si quieren que les vaya bien, o si quieren que les vaya mal.
»Hoy mismo deben elegir si quieren que les vaya bien, o si quieren que les vaya mal.
El versiculo Deuteronomio, 11:26 de La Biblia consiste en algo que debemos tener continuamente presente a fin de reflexionar acerca de él.Quizás sería acertado cuestionarse ¿Qué intentaba proponernos Dios Padre con el versículo Deuteronomio, 11:26? ¿En qué ocasiones de nuestro día a día tenemos la oportunidad de recurrir a aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Deuteronomio, 11:26 de La Sagrada Biblia?
Hacer un análisis profundo en relación con el versículo Deuteronomio, 11:26 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, por ese motivo es aconsejable acudir al versículo Deuteronomio, 11:26 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía para saber cómo proceder o para traer la serenidad a nuestro espíritu.