<

Ezequiel, 2:8

>

Ezequiel, 2:8

Atiende bien lo que te digo, y no seas rebelde como ellos. Abre la boca y come lo que te voy a dar.»


Mas tú, hijo del hombre, oye lo que yo te hablo; no seas tú rebelde como la casa rebelde: abre tu boca, y come lo que yo te doy.


Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.


Pero tú, hijo de hombre, escucha lo que te digo; no seas rebelde, como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que te doy.»


Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo: No seas tú rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.


Mas tu hombre, oye loque yo tehablo: No seas rebelle como la caſa rebelle: abre tu boca, y come loque yo te doy.


Atiende bien lo que te digo, y no seas rebelde como ellos. Abre la boca y come lo que te voy a dar.»


Atiende bien lo que te digo, y no seas rebelde como ellos. Abre la boca y come lo que te voy a dar.»


Por tu parte, hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte: No seas rebelde como ellos; abre bien la boca y come lo que voy a darte.


Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy.


Tú, hijo de hombre, escucha bien lo que te voy a decir: No te conviertas en un rebelde como ellos. Abre tu boca y come lo que te voy a dar».


Por tu parte, hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte: No seas rebelde como ellos; abre bien la boca y come lo que voy a darte.


Escucha, hombre mortal, lo que yo te diré. ¡No seas tú también rebelde! ¡Abre la boca y come lo que te daré!».


»Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te voy a dar».


Hijo de hombre, presta atención a lo que te digo. No seas rebelde como ellos. Abre la boca y come lo que te doy».


Tú, hijo de hombre, atiende bien a lo que te voy a decir, y no seas rebelde como ellos. Abre tu boca y come lo que te voy a dar».


Sin embargo tú, hijo de hombre, escucha lo que te digo. No seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy.


Pero tú, oh hijo de hombre, escucha lo que yo te hablo. No seas rebelde como esa casa rebelde; abre tu boca y come lo que yo te doy”.


Y tú, hijo de hombre, escucha bien lo que te digo, y no seas rebelde como esa gente. Abre la boca, y come lo que voy a darte a comer.»


Mas tú, hijo del hombre, oye lo que yo te hablo; no seas tú rebelde como la casa rebelde: abre tu boca, y come lo que yo te doy.


Es muy posible que no te hagan caso, pues son muy rebeldes; pero no te preocupes. Lo importante es que se den cuenta de que no les ha faltado quien les hable de mi parte. Y aunque te parezca que estás


Es muy posible que no te hagan caso, pues son muy rebeldes; pero no te preocupes. Lo importante es que se den cuenta de que no les ha faltado quien les hable de mi parte. Y aunque te parezca que estás


El versiculo Ezequiel, 2:8 de La Sagrada Biblia es algo que es aconsejable tomar en todo momento en cuenta con el objetivo de hacer una reflexión sobre él.Quizás sería bueno preguntarse ¿Qué quiso manifestarnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Ezequiel, 2:8? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos recurrir a aquello que hemos aprendido gracias al versículo Ezequiel, 2:8 de La Biblia?

Hacer un análisis profundo sobre el versículo Ezequiel, 2:8 nos resulta fundamental para llegar a a ser mejores cristianos y a acercarnos más a Dios, por eso es útil servirse del versículo Ezequiel, 2:8 cada vez que pueda servirnos de guía para saber cómo proceder o para traer la serenidad a nuestras almas.