Porque todos son del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra. Por esta razón, el Hijo de Dios no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos: por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el que santifica y los que son santificados de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el que sanctifica y losque ſon san ctificados de vno ſon todos: por loqual no ſe auerguença de llamarlos Hermanos.
Porque todos son del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra. Por esta razón, el Hijo de Dios no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque todos son del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra. Por esta razón, el Hijo de Dios no se avergüenza de llamarlos hermanos
Y es que santificador y santificados proceden de uno mismo. Por esta razón el santificador no tiene a menos llamarlos hermanos
Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un Padre; por lo cual Él no se avergüenza de llamarlos hermanos
Tanto los que son purificados como Jesús, quien los purifica, tienen el mismo Padre. Por eso Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos
Y es que santificador y santificados proceden de uno mismo. Por esta razón el santificador no tiene a menos llamarlos hermanos
Tanto Jesús, que nos santifica, como nosotros, que somos los santificados, tenemos un mismo origen. Por ello, Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos
Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un Padre; por lo cual Él no se avergüenza de llamarlos hermanos
Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos
Tanto el que santifica como los que son santificados tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el que santifica y los santificados son todos de un Padre, por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
Pues tanto el que santifica como los que son santificados, todos provienen de uno. Por esta razón, él no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el mismo origen tienen el que santifica y los que son santificados. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos: por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
Todos los que aman y obedecen a Dios son sus hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es Hijo de Dios, no se avergüenza de tratarlos como hermanos
Todos los que aman y obedecen a Dios son sus hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es Hijo de Dios, no se avergüenza de tratarlos como hermanos
El versiculo Hebreos, 2:11 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es aconsejable tener continuamente presente con la finalidad de hacer una reflexión sobre él.Quizás deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué intentaba proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo Hebreos, 2:11? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que aprendemos gracias al versículo Hebreos, 2:11 de la Santa Biblia?
Hacer un análisis profundo sobre el versículo Hebreos, 2:11 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la razón por la cual es conveniente apoyarse en el versículo Hebreos, 2:11 todas las veces que pueda servirnos de guía para saber qué pasos dar o para traer paz a nuestros corazones.