Por eso, la primera alianza también se estableció con derramamiento de sangre.
De donde vino que ni aun el primero fué consagrado sin sangre.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre
De donde vino que ni aun el primero fue consagrado sin sangre.
De donde vino que ni aun el primero fue consagrado ſin sangre.
Por eso, la primera alianza también se estableció con derramamiento de sangre.
Por eso, la primera alianza también se estableció con derramamiento de sangre.
De ahí que también la primera alianza dio comienzo con un rito de sangre.
Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin sangre.
Por esa razón, también el primer pacto tuvo que establecerse con derramamiento de sangre.
De ahí que también la primera alianza dio comienzo con un rito de sangre.
Por eso, ni siquiera el primer pacto se estableció sin sangre.
Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin sangre.
Por eso, aun el primer pacto fue puesto en vigencia con la sangre de un animal.
De ahí que ni siquiera el primer pacto se haya establecido sin sangre.
Por tanto ni aun el primer Pacto fue instituido sin sangre.
Por esto, ni aun el primer testamento fue inaugurado sin sangre.
Por eso, ni siquiera el primer pacto se estableció sin sangre
De donde vino que ni aun el primero fué consagrado sin sangre.
Por eso, cuando Dios hizo el primer pacto, se mataron varios animales.
Por eso, cuando Dios hizo el primer pacto, se mataron varios animales.
El versiculo Hebreos, 9:18 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es conveniente tomar continuamente en consideración con el fin de reflexionar acerca de él.Quizás sería acertado cuestionarse ¿Qué quiso proponernos Dios Padre con el versículo Hebreos, 9:18? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día podemos aprovechar lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Hebreos, 9:18 de La Sagrada Biblia?
Hacer un análisis profundo acerca de el versículo Hebreos, 9:18 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa razón es oportuno acudir al versículo Hebreos, 9:18 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía y así saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.