La tienda se levantó de tal forma que en su primera parte, llamada el Lugar santo, estaban el candelabro y la mesa con los panes consagrados a Dios.
Porque el tabernáculo fué hecho: el primero, en que estaban las lámparas, y la mesa, y los panes de la proposición; lo que llaman el Santuario.
Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
pues el Tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
Porque un Tabernáculo fue hecho: el primero, en que estaba el candelero, y la mesa, y los panes de la proposición, lo que llaman el santuario.
Porque el Tabernaculo fue hecho: el Primero, en que estauã las lamparas, y la me sa, y los panes de la Proposicion, loque llaman el Sanctuario.
La tienda se levantó de tal forma que en su primera parte, llamada el Lugar santo, estaban el candelabro y la mesa con los panes consagrados a Dios.
La tienda se levantó de tal forma que en su primera parte, llamada el Lugar santo, estaban el candelabro y la mesa con los panes consagrados a Dios.
En efecto, la Tienda de la presencia estaba preparada de forma que en la primera parte, llamada “lugar santo”, se encontraban el candelabro, la mesa de las ofrendas y los panes que se presentaban a Di
Porque había un tabernáculo preparado en la parte anterior, en el cual estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados; este se llama el Lugar Santo.
que era una carpa. El primer cuarto de la carpa se llamaba el Lugar Santo, donde estaban el candelabro, la mesa y el pan que se dedicaba a Dios.
En efecto, la Tienda de la presencia estaba preparada de forma que en la primera parte, llamada «lugar santo», se encontraban el candelabro, la mesa de las ofrendas y los panes que se presentaban a Di
El santuario se construyó de tal forma que en su primera parte, llamada Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes sagrados.
Porque había un tabernáculo preparado en la parte anterior, en el cual estaban el candelabro, la mesa, y los panes consagrados. Este se llama el lugar santo.
Ese tabernáculo estaba formado por dos salas. En la primera sala había un candelabro, una mesa y los panes consagrados sobre ella. Esta sala se llamaba Lugar Santo.
Se habilitó ese santuario de tal modo que en su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados.
Porque el Tabernáculo fue preparado: la primera parte llamada Lugar Santo, en la cual estaba el candelabro, la mesa y los Panes de la Presentación.
El tabernáculo fue dispuesto así: En la primera parte, en lo que llaman el lugar santo, estaban las lámparas, la mesa y los panes de la Presencia.
En efecto, el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
Porque el tabernáculo fué hecho: el primero, en que estaban las lámparas, y la mesa, y los panes de la proposición; lo que llaman el Santuario.
El santuario para ese culto se construyó de la siguiente manera: En su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro y la mesa donde se ponían los panes apartados para Dios.
El santuario para ese culto se construyó de la siguiente manera: En su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro y la mesa donde se ponían los panes apartados para Dios.
El versiculo Hebreos, 9:2 de La Biblia consiste en algo que deberíamos tomar continuamente en consideración con el propósito de hacer una reflexión sobre él. ¿Qué quiso proponernos Dios Padre con el versículo Hebreos, 9:2? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que podemos aprovechar aquello que hemos aprendido gracias al versículo Hebreos, 9:2 de La Sagrada Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo Hebreos, 9:2 nos ayuda a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, por ese motivo es oportuno apoyarse en el versículo Hebreos, 9:2 cada vez que pueda servirnos de guía para saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.