Entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha hablado contra esta ciudad. Ustedes lo oyeron con sus propios oídos.»
Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas á los príncipes y á todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído
Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: «¡Este hombre ha incurrido en pena de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como vosotros habé
Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído
Y hablaron los Sacerdotes y los Prophetas à los Principes y à todo el Pueblo diziendo, en pena de muerte ha incurrido eſte hombre, porque prophetizó contra eſta ciudad, como vosotros aueys oydo con vu
Entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha hablado contra esta ciudad. Ustedes lo oyeron con sus propios oídos.»
Entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha hablado contra esta ciudad. Ustedes lo oyeron con sus propios oídos.»
Los sacerdotes y los profetas se dirigieron a los dignatarios y a toda la gente en estos términos: — Este hombre es reo de muerte, pues profetiza contra esta ciudad, como han podido oír.
Y los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propi
Los sacerdotes y los profetas les dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser sentenciado a muerte porque con nuestros propios oídos hemos escuchado que ha profetizado en contra de e
Los sacerdotes y los profetas se dirigieron a los dignatarios y a toda la gente en estos términos: —Este hombre es reo de muerte, pues profetiza contra esta ciudad, como han podido oír.
Los sacerdotes y los falsos profetas presentaron sus cargos contra Jeremías ante los dignatarios y el pueblo: ―Este hombre merece morir —decían—. Con sus propios oídos han oído su traición, pues ha de
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, y les dijeron: «¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como han oído con sus
Los sacerdotes y los profetas presentaron sus acusaciones a los funcionarios y al pueblo. «¡Este hombre debe morir! —dijeron—. Ustedes han escuchado con sus propios oídos lo traidor que es, porque ha
Allí los sacerdotes y los profetas dijeron a los oficiales y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, tal como ustedes lo han escuchado con
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los magistrados y a todo el pueblo: ¡Este hombre es digno de muerte, porque profetizó contra esta ciudad, como oyeron ustedes con sus propios oídos!
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los magistrados y a todo el pueblo, diciendo: —¡Este hombre merece la pena de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes lo han oí
Entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y a todo el pueblo: «Como ustedes mismos lo han oído, este hombre ha dictado su sentencia de muerte, pues ha profetizado en contra de est
Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas á los príncipes y á todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído
y entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a toda la gente: «¡Este tipo merece la muerte! ¡Ustedes mismos lo han oído decir que esta ciudad va a ser destruida!»
y entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a toda la gente: «¡Este tipo merece la muerte! ¡Ustedes mismos lo han oído decir que esta ciudad va a ser destruida!»
Es preciso tomar en todo momento en consideración el versículo Jeremías, 26:11 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el objetivo de meditar en torno a él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo Jeremías, 26:11? ¿En qué ocasiones de nuestra vida diaria seremos capaces de recurrir a lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Jeremías, 26:11 de La Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Jeremías, 26:11 nos ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, por eso es conveniente servirse del versículo Jeremías, 26:11 todas las veces que pueda servirnos de guía para saber en qué forma acturar o para traer la paz a nuestras almas.