»Israel, yo decidí aceptarte como hijo y darte una tierra envidiable, el país más bello de todo el mundo. Yo pensé que me llamarías padre y que nunca te alejarías de mí.
Yo empero dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la rica heredad de los ejércitos de las gentes? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.
Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí.
»”Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí.
Pero yo dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la heredad de codicia de los ejércitos de los gentiles? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.
Yo empero dixe, Como te porné por hijos, y te daré la tierra deſſeable, la heredad de cobdicia de los exercitos de las Gẽtes? Y dixe Padre mio me llamarás, y de en pos de mi no te apartarás.
»Israel, yo decidí aceptarte como hijo y darte una tierra envidiable, el país más bello de todo el mundo. Yo pensé que me llamarías padre y que nunca te alejarías de mí.
»Israel, yo decidí aceptarte como hijo y darte una tierra envidiable, el país más bello de todo el mundo. Yo pensé que me llamarías padre y que nunca te alejarías de mí.
Yo había pensado: Voy a contarte entre mis hijos, te daré una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones. Pensaba que me llamarías “Padre”, que no te apartarías de mí.
Yo había dicho: «¡Cómo quisiera ponerte entre mis hijos, y darte una tierra deseable, la más hermosa heredad de las naciones!». Y decía: «Padre mío me llamaréis, y no os apartaréis de seguirme».
»Yo me dije a mí mismo: “Los trataré como a mis hijos, les daré una tierra agradable, la tierra más apreciada entre todas las naciones”. Pensé que tú me llamarías “Padre mío” y que nunca me abandonarí
Yo había pensado: Voy a contarte entre mis hijos, te daré una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones. Pensaba que me llamarías «Padre», que no te apartarías de mí.
Y yo di a conocer mi propósito de adoptarles como mi hijo. Tracé planes de darles parte de esta hermosa tierra, la mejor del mundo. Esperaba ilusionado que me llamaran «Padre», y creía que nunca volve
»Yo había dicho: “¡Cómo quisiera ponerte entre Mis hijos, Y darte una tierra deseable, La más hermosa heredad de las naciones!”. Y decía: “Padre Mío me llamarán, Y no se apartarán de seguirme”.
»”Me dije a mí mismo: ‘¡Cómo quisiera tratarlos como a mis propios hijos!’. Solo quería darles esta hermosa tierra, la posesión más maravillosa del mundo. Esperaba con anhelo que me llamaran ‘Padre’,
»Yo mismo dije: »“¡Cómo quisiera tratarte como a un hijo y darte una tierra deliciosa, la heredad más hermosa de las naciones!”. Yo creía que me llamarías “Padre mío” y que nunca dejarías de seguirme.
Entonces me dije: ¿Cómo los pondré a ustedes entre mis hijos para darles la tierra agradable, la más hermosa heredad de las naciones? Y dije: Me llamarás Padre mío y no te apartarás de Mí.
“Yo decía: ‘¿Cómo te he de poner entre los hijos y te he de dar la tierra deseable, la heredad más bella de las huestes de las naciones?’. Y yo mismo decía: ‘Me llamarás Padre Mío y no te apartarás de
»”Yo me preguntaba: ‘¿Cómo podré contarlos como hijos míos, y darles esta tierra deseable, la heredad más rica de las naciones?’ Entonces pensé: ‘Ustedes me llamarán Padre mío, y nunca se apartarán de
Yo empero dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la rica heredad de los ejércitos de las gentes? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.
»Pueblo de Israel, yo quise tratarte como a un hijo. Pensé en regalarte la mejor tierra, ¡el país más hermoso del mundo! Creí que me llamarías “Padre”, y que siempre estarías a mi lado.
»Pueblo de Israel, yo quise tratarte como a un hijo. Pensé en regalarte la mejor tierra, ¡el país más hermoso del mundo! Creí que me llamarías “Padre”, y que siempre estarías a mi lado.
Hay que tener siempre presente el versículo Jeremías, 3:19 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el fin de analizarlo y pensar en torno a él.Seguramente sería acertado cuestionarse ¿Qué intentaba proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Jeremías, 3:19? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos aprendido gracias al versículo Jeremías, 3:19 de Las Sagradas Escrituras?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Jeremías, 3:19 nos es de gran ayuda a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, por esa razón es útil acudir al versículo Jeremías, 3:19 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.