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Jeremías, 31:26

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Jeremías, 31:26

En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.


En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fué sabroso.


En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.


En esto, me desperté y miré, y mi sueño me fue agradable.


En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue sabroso.


Poresto me deſpertè, y vide, y mi ſueño me fue sabroso.


En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.


En esto me desperté y abrí los ojos. Mi sueño me agradó.


En esto me desperté y miré: ¡me resultó un dulce sueño!


En esto me desperté y miré, y mi sueño me resultó agradable.


En ese momento desperté y abrí los ojos. Había tenido un buen sueño.


En esto me desperté y miré: ¡me resultó un dulce sueño!


Jeremías despertó. ―¡Qué dulce sueño! —dijo.


En esto me desperté y miré, y mi sueño me resultó agradable.


Al oír esto, me desperté y miré a mi alrededor. Mi sueño había sido muy dulce.


En ese momento me desperté, y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.


Desperté y miré. Mi sueño me fue agradable.


En esto desperté y vi que mi sueño había sido placentero.


De pronto desperté, abrí los ojos, ¡y me encantó lo que había soñado!


En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fué sabroso.


Cuando me desperté y abrí los ojos, me di cuenta de que había tenido un sueño muy hermoso.


Cuando me desperté y abrí los ojos, me di cuenta de que había tenido un sueño muy hermoso.


El versiculo Jeremías, 31:26 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es preciso tener siempre presente de manera que podamos hacer una reflexión acerca de él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Dios con el versículo Jeremías, 31:26? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Jeremías, 31:26 de la Santa Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo Jeremías, 31:26 nos resulta fundamental para llegar a a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente acudir al versículo Jeremías, 31:26 todas y cada una de las veces que nos pueda servir de guía y así saber cómo actuar o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.