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San Juan, 5:7

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San Juan, 5:7

El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.


Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estánque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.


Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.


El enfermo le respondió: —Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo.


Y el enfermo le respondió: Señor, no tengo hombre que cuando el agua fuere revuelta, me meta en el estanque; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.


Y el enfermo le respõdió, Señor, no tẽgo hõbre, que quãdo el agua fuere rebuelta, me meta enel estanque: porque entretanto que yo vengo, otro antes demi ha decẽdido.


El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.


El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.


El enfermo le contestó: — Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque una vez que el agua ha sido agitada. Cuando llego, ya otro se me ha adelantado.


El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo.


El enfermo respondió: —Señor, no tengo a nadie que me meta al estanque cuando el agua se empieza a mover. Cuando estoy cerca del estanque, alguien se me adelanta y se mete antes que yo.


El enfermo le contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque una vez que el agua ha sido agitada. Cuando llego, ya otro se me ha adelantado.


El enfermo respondió: ―Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se remueve el agua. Cada vez que trato de hacerlo otro se me adelanta.


El enfermo le respondió: «Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo».


—Es que no puedo, señor —contestó el enfermo—, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo.


—Señor —respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y, cuando trato de hacerlo, otro se mete antes.


El enfermo le respondió: Señor, no tengo alguien que me baje al estanque cuando se agita el agua. Mientras voy, otro baja antes de mí.


Le respondió el enfermo: —Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras me muevo yo, otro desciende antes que yo.


El enfermo le respondió: «Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua se agita; y en lo que llego, otro baja antes que yo.»


Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estánque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido.


El enfermo contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua se mueve. Cada vez que trato de meterme, alguien lo hace primero.


El enfermo contestó: —Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua se mueve. Cada vez que trato de meterme, alguien lo hace primero.


Es conveniente tomar continuamente en consideración el versículo San Juan, 5:7 de La Biblia para analizarlo y pensar en torno a él. ¿Qué trataba de proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo San Juan, 5:7? ¿Cuáles son los momentos de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de aprovechar aquello que hemos aprendido gracias al versículo San Juan, 5:7 de la Santa Biblia?

Reflexionar sobre el versículo San Juan, 5:7 nos es de gran ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, ese es el motivo por el cual es útil servirse del versículo San Juan, 5:7 cuando creamos que pueda servirnos de guía y así saber cómo actuar o para traer paz a nuestro espíritu.