dejaré en ruinas sus ciudades y destruidos sus santuarios, y no me deleitaré más en el aroma de sus perfumes.
Y pondré vuestras ciudades en desierto, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
Dejaré desiertas vuestras ciudades, asolaré vuestros santuarios y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
Y pondré vuestras ciudades en desierto, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
Y pondré vuestras ciudades en desierto, y aſſolaré vuestros sauctuarios, y no olere el olor de vuestra holgança.
dejaré en ruinas sus ciudades y destruidos sus santuarios, y no me deleitaré más en el aroma de sus perfumes.
dejaré en ruinas sus ciudades y destruidos sus santuarios, y no me deleitaré más en el aroma de sus perfumes.
Devastaré sus ciudades, asolaré sus santuarios y no oleré la fragancia de su suave perfume.
También dejaré en ruinas vuestras ciudades, desolaré vuestros santuarios y no oleré vuestros suaves aromas.
Haré que sus ciudades queden en ruinas, destruiré sus lugares sagrados y no me deleitaré con sus aromas agradables.
Devastaré sus ciudades, asolaré sus santuarios y no oleré la fragancia de su suave perfume.
Haré que sus ciudades queden desiertas, destruiré los lugares de adoración, y no responderé a sus ofrendas de incienso.
También dejaré en ruinas sus ciudades, desolaré sus santuarios y no oleré sus suaves aromas.
Haré que sus ciudades queden desoladas y destruiré sus lugares de culto pagano. No me agradaré de sus ofrendas, las cuales deberían ser un aroma agradable para mí.
convertiré en ruinas sus ciudades y asolaré sus santuarios. No me complaceré más en el aroma de sus ofrendas, que me era grato.
Convertiré sus ciudades en ruinas. Destruiré sus santuarios. No aceptaré el aroma aplacador de sus sacrificios.
Convertiré sus ciudades en ruinas, dejaré asolados sus santuarios y no aceptaré el grato olor de su incienso.
Dejaré desiertas sus ciudades, asolaré sus santuarios, y no aspiraré la fragancia de sus delicados perfumes.
Y pondré vuestras ciudades en desierto, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
»Yo convertiré sus ciudades en un montón de ruinas. Destruiré su santuario, y rechazaré el aroma de sus ofrendas.
»Yo convertiré sus ciudades en un montón de ruinas. Destruiré su santuario, y rechazaré el aroma de sus ofrendas.
Es muy recomendable tomar en todo momento en consideración el versículo Levítico, 26:31 de La Biblia a fin de analizarlo y pensar sobre él.Tal vez sería bueno preguntarse ¿Qué trataba de proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Levítico, 26:31? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de aplicar aquello que aprendemos gracias al versículo Levítico, 26:31 de La Sagrada Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Levítico, 26:31 es un gran aporte que nos permite a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, por ese motivo es oportuno recurrir al versículo Levítico, 26:31 siempre que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo proceder o para traer el sosiego a nuestros corazones y almas.