27 (28) Pero tú eres el mismo; tus años nunca terminarán.
Mas tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.
Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.
pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán.
mas tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.
Ellos pereçerán, y tu permaneçerás; y todos ellos como vn veſtido ſe euejeçerán como vna ropa de vestir los mudarás, y ſeran mudados
Todo ello dejará de existir, pero tú permaneces firme. Todo ello se gastará, como la ropa; ¡tú lo cambiarás y quedará cambiado, como quien se cambia de ropa!
27 (28) Pero tú eres el mismo; tus años nunca terminarán.
Ellos perecen y tú perduras, se desgastan todos como la tela; tú como a un traje los cambias y ellos se desvanecen.
Pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin.
Pero tú, Dios, nunca cambias; vivirás por siempre.
Pero tú eres el mismo y no se acaban tus años.
Pero tú eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin.
Pero Tú eres el mismo, Y Tus años no tendrán fin.
Pero tú siempre eres el mismo; tú vivirás para siempre.
Pero tú eres siempre el mismo y tus años no tienen fin.
Pero Tú eres el mismo, Y tus años no tendrán fin.
Pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán.
¡Tú seguirás siendo el mismo, y tus años nunca tendrán fin!
Mas tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.
27 (28) siempre serás el mismo, y tus años no tendrán fin.
27 (28) siempre serás el mismo, y tus años no tendrán fin.
El versiculo Salmos, 102:27 de La Santa Biblia es algo que es conveniente tener constantemente presente con el propósito de analizarlo y pensar en torno a él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo Salmos, 102:27? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de hacer valer lo que hemos aprendido gracias al versículo Salmos, 102:27 de la Santa Biblia?
Reflexionar sobre el versículo Salmos, 102:27 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por ese motivo es bueno apoyarse en el versículo Salmos, 102:27 todas y cada una de las veces que nos pueda servir de guía y así saber en qué forma acturar o para traer el sosiego a nuestro espíritu.