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Salmos, 148:12

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Salmos, 148:12

¡Hombres y mujeres, jóvenes y viejos!


Los mancebos y también las doncellas; Los viejos y los niños


Los jóvenes y también las doncellas, Los ancianos y los niños.


los jóvenes y también las doncellas, los ancianos y los niños.


los jóvenes, y también las doncellas; los viejos con los niños


Los mancebos, y tambien las donzellas: los viejos con los moços


¡Hombres y mujeres, jóvenes y viejos!


¡Hombres y mujeres, jóvenes y viejos!


los jóvenes y también las doncellas, los ancianos con los niños.


jóvenes y también doncellas; los ancianos junto con los niños.


los hombres y las mujeres; los jóvenes y los viejos.


los jóvenes y también las doncellas, los ancianos con los niños.


jóvenes y doncellas, ancianos y niños.


Jóvenes y también vírgenes; Los ancianos junto con los niños.


los muchachos y las jovencitas, los ancianos y los niños.


los jóvenes y las jóvenes, los ancianos y los niños.


Tanto jóvenes varones como doncellas, Los ancianos y los niños


los jóvenes y también las jóvenes, los ancianos junto con los niños.


los jóvenes y las doncellas, los ancianos y los niños.


Los mancebos y también las doncellas; Los viejos y los niños


¡Que lo alaben niños y ancianos, muchachos y muchachas!


¡Que lo alaben niños y ancianos, muchachos y muchachas!


Deberíamos tener constantemente presente el versículo Salmos, 148:12 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el propósito de meditar sobre él. ¿Qué intentaba decirnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Salmos, 148:12? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Salmos, 148:12 de La Sagrada Biblia?

Meditar en torno a lo que se refiere el versículo Salmos, 148:12 nos es de gran ayuda a ser mejores personas y a acercarnos más a Dios, por esa razón es oportuno acudir al versículo Salmos, 148:12 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.