pues de día y de noche tu mano pesaba sobre mí. Como flor marchita por el calor del verano, así me sentía decaer.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah
porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. (Selah.)
Porque de dia y de noche ſe agraua ſobre mi tu mano: boluiose mi verdor en sequedades de verano. Selah.
pues de día y de noche tu mano pesaba sobre mí. Como flor marchita por el calor del verano, así me sentía decaer.
pues de día y de noche tu mano pesaba sobre mí. Como flor marchita por el calor del verano, así me sentía decaer.
pues noche y día me abrumaba tu mano, se extinguía mi vigor entre intensos calores. [Pausa]
Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah)
Dios mío, tú hacías mi vida cada día más difícil. Llegué a ser como tierra que se seca en verano. Selah
pues noche y día me abrumaba tu mano, se extinguía mi vigor entre intensos calores. [Pausa]
Día y noche su mano pesaba sobre mí. Mi fuerza se evaporaba como agua en día de sol.
Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí; Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah)
Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Interludio
Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah
Porque de día y de noche pesó sobre mí tu mano. Hasta que mi vigor se convirtió En sequedades de verano. Selah
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; mi vigor se convirtió en sequedades de verano. Selah
De día y de noche me hiciste padecer; mi lozanía se volvió aridez de verano.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Volvióse mi verdor en sequedades de estío. (Selah.)
Me castigabas día y noche, y fui perdiendo fuerzas, como una flor que se marchita bajo el calor del sol.
Me castigabas día y noche, y fui perdiendo fuerzas, como una flor que se marchita bajo el calor del sol.
El versiculo Salmos, 32:4 de La Santa Biblia consiste en algo que es aconsejable tener continuamente presente para hacer una reflexión sobre él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué quiso manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Salmos, 32:4? ¿En qué momentos de nuestro día a día seremos capaces de recurrir a lo que hemos aprendido gracias al versículo Salmos, 32:4 de La Biblia?
Hacer un análisis profundo en relación con el versículo Salmos, 32:4 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, por eso es bueno recurrir al versículo Salmos, 32:4 siempre que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen de modo que podamos saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.