Pero te confesé sin reservas mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste.
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones al SEÑOR; y tú perdonarás la maldad de mi pecado. (Selah.)
Mi peccado te notifiqué: y no encubri mi iniquidad: dixe, yo confeſſaré contra mi mis rebelliones à Iehoua, y tu perdonarás la maldad de mi peccado. Selah.
Pero te confesé sin reservas mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste.
Pero te confesé sin reservas mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste.
Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa; me dije: “Confesaré mi culpa ante el Señor”. Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [Pausa]
Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al SEÑOR; y tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah)
Entonces, decidí confesarte todos mis pecados; no escondí ninguna de mis culpas. Decidí confesarte mis errores, SEÑOR, y tú perdonaste todas mis culpas. Selah
Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa; me dije: «Confesaré mi culpa ante el Señor». Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [Pausa]
Pero un día reconocí ante ti todos mis pecados y no traté de ocultarlos más. Dije para mí: «Se los voy a confesar al SEÑOR». ¡Y tú me perdonaste! Toda mi culpa se esfumó.
Te manifesté mi pecado, Y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis transgresiones al SEÑOR»; Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah)
Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al SEÑOR», ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Interludio
Pero te confesé mi pecado y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR». Y tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah
Mi pecado confesé y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a YAVÉ, Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: “Confesaré mis rebeliones al SEÑOR”. Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah
Te confesé mi pecado; no oculté mi maldad. Me dije: «Confesaré al Señor mi rebeldía», y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones á Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Selah.)
Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.
Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.
Deberíamos tener en todo momento presente el versículo Salmos, 32:5 de La Sagrada Biblia con el fin de analizarlo y pensar en torno a él.Seguramente sería adecuado preguntarse ¿Qué trataba de decirnos Dios con el versículo Salmos, 32:5? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 32:5 de la Santa Biblia?
Hacer un análisis profundo en torno a lo que se refiere el versículo Salmos, 32:5 nos supone una ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa cuestión es conveniente acudir al versículo Salmos, 32:5 cada vez que nos pueda servir de guía para saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestro espíritu.