Apocalipsis, 6:12

Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió negro, como ropa de luto; toda la luna se volvió roja, como la sangre

Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fué hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre

Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre

Miré cuando abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se puso negro como tela de luto, la luna entera se volvió toda como sangre

Y miré cuando él hubo abierto el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna fue hecha toda como sangre.

Y miré quando el abrió el sexto sello, y heaqui fue hecho vn gran terremoto: y el sol fue hecho negro como vn saco de cilicio, y la luna fue hecha toda como sangre.

Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió negro, como ropa de luto; toda la luna se volvió roja, como la sangre

Vi cómo el Cordero rompía el sexto sello. Se produjo entonces un formidable terremoto; el sol se oscureció como si se vistiera de luto; la luna se volvió completamente como sangre

Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre

Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré y hubo un gran terremoto. El sol se oscureció como si estuviera de luto y la luna se puso toda roja como la sangre.

Vi cómo el Cordero rompía el sexto sello. Se produjo entonces un formidable terremoto; el sol se oscureció como si se vistiera de luto; la luna se volvió completamente como sangre

Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un gran terremoto; el sol se puso negro como si se hubiera puesto ropa de luto, y la luna adquirió un color rojo como la sangre.

Vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y toda la luna se volvió como sangre

Mientras yo miraba, el Cordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan roja como la sangre.

Vi que el Cordero rompió el sexto sello, y entonces se produjo un gran terremoto. El sol se oscureció como si se hubiera vestido de luto, la luna entera se tornó roja como la sangre

Miré cuando el Cordero abrió el sexto sello. Hubo un gran terremoto, el sol oscureció como tela de crin y la luna entera se volvió como sangre.

Y miré cuando él abrió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se puso negro como tela de cilicio; la luna entera se puso como sangre

»Yo vi cuando el Cordero abrió el sexto sello, y entonces se produjo un gran terremoto. El sol se cubrió de oscuridad, como con un vestido de luto, y la luna entera se puso roja como la sangre

Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fué hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre

Cuando el Cordero rompió el sexto sello, miré, y hubo un gran terremoto. El sol se oscureció, y la luna se puso roja como la sangre.

El versiculo Apocalipsis, 6:12 de La Biblia consiste en algo que es preciso tomar continuamente en cuenta con el propósito de reflexionar sobre él.Seguramente sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo Apocalipsis, 6:12? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Apocalipsis, 6:12 de La Biblia?

Reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo Apocalipsis, 6:12 es un gran aporte que nos permite a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa cuestión es aconsejable apoyarse en el versículo Apocalipsis, 6:12 todas las veces que nos pueda servir de guía y así saber qué pasos dar o para traer paz a nuestro espíritu.