Miré, y vi un caballo blanco, y el que lo montaba llevaba un arco en la mano. Se le dio una corona, y salió triunfante y para triunfar.
Y miré, y he aquí un caballo blanco: y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fué dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.
Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.
Miré, y vi un caballo blanco. El que lo montaba tenía un arco y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer.
Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió victorioso, para que también venciera.
Y miré, y heaqui vn cauallo blanco: y elque eſtaua sentado encima del, tenia vn arco: y fuele dada vna corona, y ſalió victo rioso, para que tambien vencieſſe.
Miré, y vi un caballo blanco, y el que lo montaba llevaba un arco en la mano. Se le dio una corona, y salió triunfante y para triunfar.
Miré, y vi un caballo blanco, y el que lo montaba llevaba un arco en la mano. Se le dio una corona, y salió triunfante y para triunfar.
— ¡Ven! Al mirar, vi un caballo blanco, cuyo jinete iba armado de un arco. Le dieron una corona, y salió como seguro vencedor.
Miré, y he aquí, un caballo blanco; y el que estaba montado en él tenía un arco; se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar.
Entonces vi que delante de mí había un caballo blanco. Su jinete tenía un arco; recibió una corona y salió con ánimo triunfante para vencer una vez más.
—¡Ven! Al mirar, vi un caballo blanco, cuyo jinete iba armado de un arco. Le dieron una corona, y salió como seguro vencedor.
Obedecí. Y apareció un caballo blanco. El jinete, que tenía un arco, recibió una corona y salió triunfante a obtener más victorias.
Miré, y había un caballo blanco. El que estaba montado en él tenía un arco. Se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar.
Levanté la vista y vi que había un caballo blanco, y su jinete llevaba un arco, y se le colocó una corona sobre la cabeza. Salió cabalgando para ganar muchas batallas y obtener la victoria.
Miré, ¡y apareció un caballo blanco! El jinete llevaba un arco; se le dio una corona, y salió como vencedor, para seguir venciendo.
Miré, y ahí estaba un caballo blanco. Su jinete tenía un arco. Se le dio una corona. Salió venciendo y para vencer.
Y miré, y he aquí un caballo blanco. El que estaba montado sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona; y salió venciendo y para vencer.
Yo miré, y vi un caballo blanco. El que lo montaba tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió para vencer y seguir venciendo.
Y miré, y he aquí un caballo blanco: y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fué dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.
Miré entonces, y vi salir un caballo blanco. El que lo montaba llevaba en la mano flechas y un arco, y le dieron una corona. Había vencido a sus enemigos, y salía dispuesto a seguir venciendo.
Miré entonces, y vi salir un caballo blanco. El que lo montaba llevaba en la mano flechas y un arco, y le dieron una corona. Había vencido a sus enemigos, y salía dispuesto a seguir venciendo.
El versiculo Apocalipsis, 6:2 de La Biblia es algo que es conveniente tener en todo momento presente a fin de hacer una reflexión sobre él.Tal vez sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo Apocalipsis, 6:2? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que aprendemos gracias al versículo Apocalipsis, 6:2 de Las Sagradas Escrituras?
Reflexionar acerca de el versículo Apocalipsis, 6:2 nos ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, esa es la cuestión por la cual es aconsejable apoyarse en el versículo Apocalipsis, 6:2 siempre que nos pueda servir de guía para saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestro espíritu.