Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.
Hijitos mios, no amenos de palabra, ni de lengua: ſi no con obra y de verdad.
Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos.
Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos.
Hijos míos, ¡obras son amores y no buenas razones!
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Hijitos, nuestro amor no debe ser sólo de palabras, pues el verdadero amor se demuestra con hechos.
Hijos míos, no amemos de palabra y con la lengua, sino con hechos y de verdad
Hijitos míos, que nuestro amor no sea sólo de palabra ni de labios para afuera, sino que amemos de veras y demostrémoslo con hechos.
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones.
Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y verdad.
Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad.
Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos.
Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos.
Deberíamos tomar continuamente en cuenta el versículo 1 Juan, 3:18 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el propósito de hacer una reflexión acerca de él.Probablemente sería adecuado preguntarse ¿Qué intentaba decirnos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo 1 Juan, 3:18? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que podemos llevar a la práctica lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo 1 Juan, 3:18 de Las Sagradas Escrituras?
Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo 1 Juan, 3:18 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es aconsejable servirse del versículo 1 Juan, 3:18 en todas aquellas ocasiones en que nos pueda servir de guía y así saber en qué forma acturar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.